El gobierno de Estados Unidos dio un paso contundente este viernes al incluir al Cártel de los Soles, una red criminal presuntamente vinculada a altos mandos del chavismo, en su lista de organizaciones terroristas internacionales. La medida fue anunciada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), dependiente del Departamento del Tesoro, que también advirtió sobre posibles sanciones secundarias para quienes mantengan vínculos con el grupo.

Según el comunicado oficial, el Cártel de los Soles opera como una estructura criminal transnacional, dedicada al narcotráfico y con respaldo de sectores del aparato estatal venezolano. La decisión se enmarca en los esfuerzos de Washington por frenar el flujo de drogas desde Sudamérica y contener la influencia de redes delictivas que, según investigaciones, han expandido su alcance a Europa y otras regiones.

«Utilizaremos todos los recursos disponibles para impedir que Nicolás Maduro siga beneficiándose de la destrucción de vidas estadounidenses y de la desestabilización regional», expresó la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado en una publicación en X.

Una red con décadas de historia

El término “Cártel de los Soles” fue acuñado en los años noventa, cuando dos generales de la Guardia Nacional venezolana fueron procesados por tráfico de drogas. Desde entonces, la red ha evolucionado, pasando de permitir el paso de cargamentos mediante sobornos a participar directamente en operaciones de transporte y distribución de estupefacientes.

Durante los años 2000, funcionarios estadounidenses vincularon a figuras como Hugo Carvajal, Henry Rangel Silva y Ramón Rodríguez Chacín con el apoyo logístico a la guerrilla colombiana de las FARC en rutas de narcotráfico. En 2020, el Departamento de Justicia acusó formalmente al presidente Nicolás Maduro, a Diosdado Cabello y a otros altos funcionarios de liderar esta red criminal, atribuyéndoles delitos de narcotráfico y lavado de dinero.

Silencio oficial y contexto regional

Hasta el momento, ni el Ministerio de Comunicación de Venezuela ni el propio Maduro han emitido declaraciones sobre la nueva designación. El mandatario ha rechazado en múltiples ocasiones las acusaciones de Washington, calificándolas como parte de una campaña de desprestigio y desviando la atención hacia el consumo interno de drogas en EE.UU.

La decisión se produce en un contexto de creciente preocupación por la expansión del Tren de Aragua, una organización criminal nacida en Venezuela y vinculada tanto al Cártel de los Soles como al Cártel de Sinaloa. Este grupo ha extendido sus operaciones a más de una docena de estados en EE.UU. y varios países latinoamericanos, involucrándose en delitos como extorsión, tráfico de personas, narcotráfico y violencia armada.

Con esta nueva designación, Washington refuerza su estrategia de presión internacional contra el régimen de Maduro, mientras las investigaciones del FBI continúan apuntando a los cabecillas del entramado criminal que, según las autoridades estadounidenses, ha operado impunemente durante décadas.