Chano Rivera declina candidatura y se une a Salvador Nasralla
San Pedro Sula, Honduras. — En un giro inesperado de la campaña electoral, Mario Enrique Rivera Callejas, conocido popularmente como “Chano” Rivera, anunció este domingo que renuncia a su aspiración presidencial por el Partido Democracia Cristiana (DC) para respaldar la candidatura de Salvador Nasralla, abanderado del Partido Liberal.
El anuncio fue realizado durante el cierre de campaña de Nasralla en San Pedro Sula, al norte del país, donde Rivera apareció en el escenario acompañado por el alcalde sampedrano Roberto Contreras, Iroshka Elvir y el propio Nasralla.
“Hoy teniendo a Dios como testigo, al pueblo como protagonista y a la historia como juez, anuncio que bajo mi aspiración presidencial para apoyar a Salvador Nasralla como presidente de Honduras. Este apoyo es limpio, es honesto, es transparente, no quiero un cargo, lo que quiero es que Honduras viva mejor”, expresó Rivera ante la multitud.
Nasralla agradeció públicamente la adhesión de Rivera y lo presentó como su nuevo compañero de fórmula: “Chano, muchas gracias. El pueblo hondureño ya decidió que el próximo gobierno será liberal”, afirmó.
Perfil de “Chano” Rivera
Rivera es publicista, empresario y consultor político con una larga trayectoria en el engranaje político nacional. Estudió en Washington y obtuvo una maestría en Mercadeo en Atlanta. Ha asesorado a expresidentes como Ricardo Maduro, Rafael Leonardo Callejas y Carlos Flores, además de acompañar la carrera legislativa de su hermano, Antonio “Toño” Rivera Callejas.
En el ámbito mediático, fundó su propio canal de televisión y el programa “Q hubo Chano”, recordado por entrevistas poco convencionales. También asegura haber compuesto la canción “Urge Mel” para la campaña del expresidente Manuel Zelaya.
Tras intentar sin éxito fundar un nuevo partido, se integró a la Democracia Cristiana con la promesa de transformar el país desde una plataforma de valores sociales cristianos.
La adhesión de Rivera a Nasralla se produce en la recta final de la campaña, en un escenario político marcado por alianzas y movimientos estratégicos entre los principales partidos. El gesto refuerza la candidatura liberal y añade un nuevo elemento de incertidumbre en la competencia presidencial.
