Esta sensación placentera no aporta un beneficio reproductivo directo, pero puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y aliviar el estrés.

El orgasmo femenino, también conocido como clímax, es un pico de placer físico y mental que se produce por una descarga repentina de tensión acumulada durante una relación sexual o un ciclo de autoestimulación.

Esta sensación suele estar marcada por contracciones rítmicas involuntarias de los músculos pélvicos y genitales de la mujer, lo que, a su vez, aumenta el ritmo cardíaco y la presión arterial.

Además, este punto culminante de excitación está acompañado por la liberación de hormonas como oxitocina y endorfinas, generando una profunda impresión de bienestar y relajación.

Aunque el clímax femenino no aporta un beneficio reproductivo directo, puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y aliviar el estrés. Sin embargo, según la Clínica Millet, una gran parte de la población femenina no logra alcanzar el orgasmo solo con la penetración, por lo que sugiere prestar más atención al lenguaje corporal para comprender la energía vital de la sexualidad.

Frente a esto, la psicóloga y sexóloga Emma Rivas, creadora del método Mundful Sex, explica que el sexo suele ser visto como una actividad convencional que se centra únicamente en lo genital, cuando realmente debe buscar alargar el placer, despertar los sentidos y descubrir sensaciones desconocidas.

Conforme a ello, la especialista destaca que el orgasmo del cérvix lleva a las mujeres a un estado en el que experimentan “una sensación de apertura” que ayuda a revitalizar todo el cuerpo, pero para eso es necesario aprender a identificar las señales que revelan un clímax genuino y no fingido.(laprensagrafica.com)