*** Organizadores de esa expedición continental claman ayuda a antiguos expedicionarios para sobrevivir

Como ya es de dominio público, la Embajada Cultural Ruta Inka viene organizando desde hace varios años, la denominada Ruta Maya 2023 – En busca de nuestros orígenes, una expedición que durante julio, agosto y septiembre del 2023 visitará los pueblos originarios de América Latina desde México hasta Bolivia, pasando por Honduras, con el protagonismo de unos 360 participantes, entre escritores, voluntarios de Naciones Unidas, artistas, profesores de lenguas indígenas, periodistas, documentalistas y estudiantes de excelencia de todo el mundo, con el fin de revitalizar nuestras lenguas originarias en el marco del “Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas”, además de visibilizar nuestras culturas ancestrales, con el fin de reactivar el turismo vivencial.

De hecho, los organizadores culminaron una gira de coordinación en nuestro país, a finales del pasado mes de febrero, siendo recibidos por altas autoridades hondureñas vinculadas a la Cultura, Turismo y Pueblos Originarios, cuyos titulares les dieron su respaldo. Asimismo, despachos de prensa vienen informando del avance de los preparativos en otros países, como es el caso de Bolivia, donde hasta se ha presentado un proyecto de Ley, para el reconocimiento de la Ruta Maya como un programa de Interés Nacional, para facilitar su proceso de institucionalización.                                                                                                                                                                                                                                                                                                   

Pero todos los preparativos corren el riego de paralizarse debido a que la Dirección de Aduanas de El Salvador, le ha aplicado una controvertida y descomunal multa a la patrocinadora del evento.

En efecto, Perú El Dorado SA, es la pequeña empresa que comercializa desde el año 2000 artesanías, ropa típica y souvenirs en el aeropuerto internacional de El Salvador que, desde su fundación  ha financiado todas las gestiones que han hecho posible las doce expediciones Ruta Inka y las dos ediciones Ruta Maya que se han organizado hasta la fecha, de las que se han beneficiado más de 1000 estudiantes que han acudido desde los cinco continentes, para recorrer toda América Latina desde Argentina hasta México, en busca de la sabiduría ancestral de nuestros pueblos.

Ocurre que por ser “tienda libre de impuestos” que opera en el aeropuerto internacional salvadoreño, todas las facturas emitidas por la venta de cada producto deberían contener los siguientes datos: Nombre del pasajero, número de pasaporte, nombre de la aerolínea en la que viaja, número de vuelo, destino del cliente, fecha y hora de la venta, descripción del producto, entre otros.

Sin embargo, debido a que numerosos pasajeros se resisten a entregar su pasaporte para compras tan pequeñas o porque suelen estar apurados para no perder su vuelo, muchas facturas sólo habían consignado el nombre del pasajero y la descripción del artículo comprado,  cumpliendo con los datos esenciales de toda factura, pero que ha sido materia de una auditoria, en la que se ha dispuesto la sanción con 34.29 dólares por cada factura que supuestamente no ha sido “debidamente emitida de acuerdo a ley”, aunque se trate de ventas de pequeños productos artesanales que no superan los 5.00 dólares.

                                                     MULTAS DE MÁS DE $ 30.000

De ese modo, a esta pequeña empresa se le ha impuesto una multa global de 30,888.39 dólares, cifra a todas luces absurda, confiscatoria y arbitraria por lo que los directivos de esta pequeña empresa han apelado la sanción, pero el gobierno insiste en cobrarlo, lo que podría acarrear su quiebra inminente, con lo cual, los organizadores de la próxima Ruta Maya 2023, ya no podrán recibir su patrocinio para financiar las gestiones, preparativos y coordinaciones en 13 países desde México hasta Bolivia.

Es por ello que los organizadores están haciendo un llamado urgente a todos los expedicionarios que se han beneficiado con su patrocinio, para que les ayuden a enfrentar esta adversidad y mantener a flote esta micro empresa.

En diálogo con La Tribuna, Rubén La Torre, presidente de la Embajada Cultural Ruta Inka, entidad sin fines de lucro que promociona la cultura ancestral de nuestros desde el año 2000, invocó al presidente salvadoreño que tenga a bien reconsiderar esta medida.

“Le pedimos al presidente Bukele que disponga la revisión de su legislación aduanera que permite esta injusticia en la que, por la falta de datos irrelevantes en las facturas emitidas, permiten multas hasta siete veces el monto de la venta”, expresó el embajador cultural, al tiempo de hacer un llamado a las empresas con responsabilidad corporativa, a patrocinar esta trascendental expedición continental, cuya exitosa culminación tendrá una gran repercusión en la conciencia de nuestros pueblos y permitirá su institucionalización y reconocimiento como programa de Interés Universal, por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura – UNESCO.