El Día de la Mujer Hondureña se celebra cada 25 de enero. No es una fecha escogida al azar.

Ese mismo día, pero en 1955, las hondureñas protagonizaron una conquista política histórica: el derecho a votar.

En ese entonces, el presidente, Julio Lozano Díaz, emitió un decreto ministerial que permitía, aunque con algunas restricciones, que las mujeres del país acudieran a las urnas a ejercer el sufragio. Por primera vez, sus voces salían del ámbito doméstico al que habían estado confinadas.

Por lo anterior, hay muchas razones para celebrar ya que han pasado casi 67 años desde que las mujeres hondureñas consiguieran su derecho al voto. Además, no ha sido su único logro.

En los últimos 30 años, Gobiernos han realizado avances políticos y legislativos en favor de la mujer y relacionados con los derechos de la mujer y la igualdad de género. Algunos de los principales son:

Ley de Igualdad de Oportunidades de la Mujer

Ley de Igualdad Salarial

La Ley de Lucha contra la Violencia Doméstica

Cupos electorales para aumentar la participación política de las mujeres

Tipificación del feminicidio como delito

Política y el Plan Nacional de Acción contra la Explotación Sexual Comercial y la Trata de Personas (2016 – 2022).

Sin embargo, de la teoría a la práctica sigue habiendo grandes distancias. Muchos de estos esfuerzos gubernamentales aún no se han convertido en mejoras significativas para los derechos de las mujeres hondureñas, a pesar de que ellas constituyen casi la mitad de su población.

El Día de la Mujer Hondureña no solo sirve para celebrar victorias, sino para reivindicar todo lo que falta por hacer para que Honduras cumpla con el Objetivo de Desarrollo que es la igualdad de género.

El Feminicidios, Derecho a la salud, Derechos laborales, Derechos civiles y políticos, son áreas donde las mujeres han alcanzado significativos logros a pesar de sus dificultades en el camino.

Honduras es uno de los países más violentos del mundo, sobre todo para las mujeres. Cada 22 horas, una mujer es asesinada. Otra cifra que pone los pelos de punta: 1 de cada 4 ha sufrido abuso físico o sexual por parte de su pareja. A esto hay que sumar la elevada impunidad de los culpables.

En el país Centroamericano, el aborto es ilegal en todas las circunstancias, incluso en los casos de violación, incesto, o peligro para el bebé o la madre. Cualquier persona que haya cometido aborto o haya ayudado a su realización puede ser encausada.

Además, es uno de los tres países de América Latina y el Caribe con mayores brechas de género si hablamos de participación laboral. Por cada hombre desocupado, hay dos mujeres.

En Honduras las mujeres ocupan el 25,8% de los puestos ministeriales, en comparación con el 17% registrado en 2016. Asimismo, los obstáculos para llegar a estos puestos son cada vez mayores. En el período electoral de 2017 hubo al menos 40 actos de violencia contra las mujeres candidatas.

Por lo tanto, hablar de la mujer hondureña es hablar de amor, de bondad, honestidad, fuerza, coraje, ella es el un pilar fundamental para que las sociedades se construyan y miles de familias que día a día sigan unidas.

La mujer en la historia.

La mujer ha sido discriminada por múltiples razones a lo lago de la historia. En lo político, lo social y lo religioso, su papel ha sido poco relevante.

El pasaje de la mujer adúltera del Evangelio de Juan (Jn 7,53-8,11), deja en evidencia el trato de Jesús con las mujeres. Es un trato exquisito hacia ellas.

Revolucionario en sus palabras y acciones, Jesús devuelve a la Mujer el estado de igualdad recibido por Dios en la creación (Gn 1,26). Demostrando que Dios siempre es justo y misericordioso con los débiles, y excluidos.

La presencia de Jesús en el relato resulta alentadora, restaurativa y misericordiosa para la mujer aplicando el principio de “misericordia quiero y no sacrificio”.