En una operación conjunta, las fuerzas militares de Estados Unidos y el Reino Unido llevaron a cabo ataques exitosos contra posiciones militares de los rebeldes hutíes en al menos seis provincias de Yemen. La acción fue en respuesta a los ataques de los insurgentes contra buques comerciales en el Mar Rojo.

El presidente estadounidense, Joe Biden, confirmó la operación, destacando el apoyo de Australia, Baréin, Canadá y los Países Bajos. La comunidad internacional ha condenado los ataques hutíes, considerándolos imprudentes.

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Los bombardeos impactaron en al menos seis provincias controladas por los hutíes, incluyendo la capital, Saná, la ciudad portuaria de Al Hudeidah, y las provincias de Saada, Dhamar, Taiz y Hajjah. Los hutíes, respaldados por Irán, han declarado la guerra a Estados Unidos y el Reino Unido, prometiendo responder enérgicamente a los acorazados en el Mar Rojo.

En respuesta, el presidente Biden afirmó que los ataques hutíes ponen en peligro al personal estadounidense, afectan el comercio marítimo y amenazan la libertad de navegación. Más de 50 naciones han sido afectadas, con más de 2,000 barcos desviados, afectando el flujo del comercio internacional. Biden advirtió que tomará medidas adicionales para proteger a su gente y el libre flujo del comercio internacional.

Las principales navieras ajustan rutas para evitar el Mar Rojo, vital para el 15% del comercio marítimo global. Esta escalada ocurre después de la gira de Antony Blinken, secretario de Estado estadounidense, por Oriente Medio, donde advirtió sobre represalias si los hutíes persisten en sus ataques a buques mercantes.