Este domingo, los salvadoreños han comenzado a ejercer su derecho al voto en unas elecciones que se prevé asegurarán la reelección y un mayor poder al presidente Nayib Bukele.

Bukele, un expublicista de 42 años, goza de una popularidad abrumadora del 90% y no enfrenta adversarios de peso, lo que prácticamente le garantiza un segundo mandato de cinco años. Además, su partido podría consolidar su dominio en el nuevo Congreso de 60 escaños.

Estas elecciones se llevan a cabo bajo estado de excepción por primera vez desde el fin de la guerra civil en 1992.

Se estima que alrededor de 6,2 millones de salvadoreños, incluyendo 740.000 en el extranjero, están convocados a las urnas, que abrieron a las 07:00 y cerrarán a las 17:00 horas locales.

A pesar de las críticas y controversias en torno a su enfoque, Bukele ha sido aplaudido por muchos salvadoreños por su política de mano dura contra las pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18, que ha llevado a una disminución significativa de la violencia en el país.

Sin embargo, esta estrategia también ha sido objeto de críticas por posibles violaciones a los derechos humanos, con denuncias de arrestos arbitrarios, torturas y muertes en prisión.

Bukele ejerce un poder considerable, controlando no solo el parlamento, sino también la justicia, la fiscalía y el resto del aparato estatal.

A pesar de la prohibición constitucional de la reelección, su candidatura para un segundo mandato ha sido permitida por magistrados renovados por el Congreso, lo que ha generado críticas y controversias.

En cuanto a la oposición, está fragmentada y sus candidatos apenas aparecen en las encuestas, lo que podría dar lugar a la consolidación de un «partido hegemónico» liderado por Bukele, según analistas políticos.