¿A qué se enfrentan los países de América Latina con el expansionismo chino?


Por estos días, los temas relacionados con China en América Latina ya no solo tienen que ver con megainversiones, comercio, zonas francas y negocios extractivistas. El gigante asiático ha pasado a otro nivel, demostrando su apoyo a regímenes autoritarios, apoyándolos en seguridad y entrenamiento policial.

Críticos y expertos en temas internacionales confirmaron que la incidencia de China en algunos países de Latinoamérica augura un porvenir oscuro para sus poblaciones, algo que generalmente se tiende a comparar con la situación de países africanos, donde los chinos han creado enclaves, imponiendo sus propias reglas al margen de la ley.

El politólogo nicaragüense y presidente de la Red iberal de América Latina (Relial), Félix Maradiaga, valoró que el Partido Comunista Chino (PCCh) ha identificado en América Latina, y específicamente en Centroamérica, una oportunidad para expandir su influencia aprovechando los vacíos institucionales y la fragilidad de las democracias.

“No es casualidad que los principales receptores de sus inversiones y acuerdos sean gobiernos que ya muestran tendencias autoritarias. En este sentido, China no solo busca beneficios comerciales, sino afianzar una relación de dependencia que socave la soberanía de estos países y facilite la adopción de su modelo de vigilancia estatal”, dijo el politólogo.

Maradiaga aseveró que China busca establecer su hegemonía global no solo a través del comercio y las inversiones, sino mediante la promoción de sus prácticas de seguridad y control, como parte de un proyecto mayor.

“La expansión de China en América Latina no es un simple intercambio económico. Estamos ante un proyecto geopolítico que tiene como objetivo establecer un modelo autoritario que amenaza la democracia, la transparencia y los derechos humanos en la región. Los países que abren sus puertas a estas influencias deben ser conscientes de los riesgos inherentes: una mayor dependencia de un régimen autoritario, la erosión de sus instituciones democráticas y el debilitamiento de las libertades civiles”, expresó Maradiaga.

El anhelado “nuevo orden mundial”

Un experto en relaciones internacionales que pidió no ser identificado, manifestó que desde los años 30 China está en una carrera por convertirse en la primera potencia del mundo, lo que pasa por quitarle control y espacios a Estados Unidos, principalmente en América Latina.

El experto aseguró que el gran objetivo de China es liderar un “nuevo orden mundial”, al que se refieren como “multilateralismo”, para desplazar el liderazgo que se ganó Estados Unidos tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. 

“No es que los chinos van a estar en ese nuevo orden en una situación de igualdad con las otras potencias medianas o los países pequeños. Es un orden que por cuestiones propagandísticas lo denominan como multilateral, pero verdaderamente es un orden bajo la conducción de la política china”, dijo el experto.

Para imponer este nuevo orden, China sigue el mismo camino que recorrió Estados Unidos para convertirse en una potencia fuera de sus confines, según el experto.

“Ellos pretenden hacer una equivalencia de la política norteamericana. Estados Unidos ha construido una especie de cercos, lo que llaman la primera cadena de islas en frente de la costa china: Japón, Taiwán, Filipinas, Indonesia… Entonces ellos (los chinos) pretenden romper ese cerco norteamericano a través de establecer bases de apoyo para incordiar a los Estados Unidos en lo que es su patio interno, es decir, en el entorno norteamericano”, afirmó.

“Por eso ves su acercamiento, su instalación y su influencia en países de América Latina como Nicaragua, Venezuela, Bolivia y en otros muchos países como Panamá”, explicó el experto.

La guerra tecnológica de China

El experto también valoró que los avances tecnológicos y en materia de globalización, las rivalidades entre los países ya no se libran en un campo de guerra, sino que existen diversos ámbitos, lo que los críticos denomina “guerra híbrida”. En ese sentido, el control de las redes sociales y el uso del internet se convierte en uno de los principales flancos de China.

“Nicaragua posee una posición privilegiada para eso, porque tiene una de las mejores conexiones de internet con Estados Unidos. Todo el Caribe, con los cables de fibra óptica, conectan a Nicaragua como si fuera parte de los Estados Unidos. A todos los centros de internet tiene acceso Nicaragua, entonces eso ofrece una ventaja fundamental a China que va a aprovechar”, dijo el experto. 

En marzo de este año se conoció que la dictadura Ortega-Murillo inauguró un nuevo centro de espionaje social en Managua, basado en la implementación de cámaras de vigilancia de tecnología china y con asesorías de rastreo y control de asesores rusos, según fuentes de oposición desde Nicaragua.

El politólogo Maradiaga consideró que la entrada de China en sectores estratégicos como la tecnología, las telecomunicaciones y la seguridad en países como Nicaragua y El Salvador conlleva enormes riesgos.

“Estas inversiones están permitiendo a China exportar su infraestructura de vigilancia, como lo hemos visto con Huawei, la cual ha sido clave para la implementación de tácticas de espionaje y control social. Esto representa una amenaza directa a los derechos humanos, la privacidad y la libertad de expresión en la región. Además, la opacidad de los acuerdos firmados entre estos gobiernos y las empresas chinas es alarmante, ya que refuerzan un ciclo de corrupción y falta de transparencia que favorece a los regímenes autoritarios”, apuntó el politólogo.

Ortega está feliz por su alianza con China

Las intenciones de la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua han sido claras desde que restableció relaciones diplomáticas con China en diciembre de 2021. Su alianza es sobre todo política y además está permitiendo a los chinos la expansión de sus negocios en detrimento de los negocios locales. Igualmente el tema de la seguridad.

“Ortega está feliz, Ortega está buscando esa alianza estratégica con China y así lo ha dicho con esas palabras. Está construyendo una alianza estratégica con China, en la que los intereses chinos son bienvenidos”, dijo uno de los experto en relaciones internacionales.

A la vez, los críticos coinciden en que los efectos negativos que causa China en la economía de los países han sido denunciados con gran preocupación, “sobre todo en el caso de países pequeños que están siendo prácticamente hipotecados a través de préstamos con intereses que internacionalmente pueden considerarse leoninos”.

“Hay una penetración comercial de pequeños y medianos negocios que está acabando con la pequeña clase empresarial de los países. El caso de Nicaragua pareciera ser en este sentido modélico de lo que está sucediendo a un nivel más global, sobre todo en África donde este tipo de prácticas llevan mucho tiempo dándose”, dijo otro experto en relaciones internacionales.

Trabajadores en condiciones esclavizantes

Ambos expertos valoraron que en los países donde a los chinos se les ha permitido instalarse, convierten los espacios concesionados en enclaves bajo sus reglas. 

“Todo lo que es concesionado a los chinos se convierte en un área bajo el control chino, con trabajadores sometidos y esclavizados como ocurre en África, donde los ciudadanos no tienen ningún derecho, no reconocen la Ley laboral, no reconocen los derechos humanos, es un porvenir muy negro que se espera para los pobladores que estén en esa área”, dijo uno de los expertos.

Sobre el ámbito de la seguridad, uno de los expertos valoró que la incursión de la cooperación china en este campo es nueva, pero ya está generando preocupación, porque su “modalidad se constituye en apoyo a las tendencias autoritarias en auge en la región”.

“En el caso de Centroamérica, y Nicaragua en particular, esos programas de capacitación a las fuerzas de seguridad se desarrollan al margen del Tratado Marco de Seguridad Democrática en Centroamérica y, por tanto, ignorando el lugar primordial y prioritario que deben tener los derechos humanos en esta materia. La preocupación se redobla si tenemos en cuenta que también Rusia, otra potencia no democrática, se ha sumado a este tipo de cooperación, teniendo como base para toda la región a Nicaragua”, manifestó el experto.

El politólogo Maradiaga apuntó que el caso de Nicaragua es emblemático, por ser un país “donde la falta de transparencia en proyectos liderados por empresas chinas, como los de infraestructura y minería, está consolidando la dominación de Ortega sobre la población mientras debilita cualquier oposición”.

“Este eje autoritario, sustentado en la cooperación con China, permite a estos regímenes resistir las presiones internacionales en favor de la democracia y los derechos humanos, agravando el aislamiento de la región del contexto internacional democrático”, manifestó politólogo. (Tomado de laprensani.com)


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