El Centro Penitenciario de Puerto Cortés ha sido clausurado debido a su deterioro estructural, lo que obligó a la reubicación de 89 privados de libertad hacia las cárceles de Tela, Támara, Siria y El Progreso.

Según el coronel Ramiro Muñoz, director del Instituto Nacional Penitenciario (INP), las instalaciones, construidas con paredes de adobe, representaban un alto riesgo de fugas y colindaban con un centro educativo. Las lluvias recientes empeoraron el estado del penal, facilitando la posibilidad de escapes a través de agujeros en las debilitadas paredes.

Los familiares de los reclusos pueden acudir a las oficinas principales del INP en un horario de 8:00 a.m. a 4:00 p.m. o comunicarse al número 9993-3531, perteneciente a la Unidad de Protección de Derechos Humanos, para obtener información sobre los nuevos centros de reclusión de sus parientes.

Reacciones

La clausura del penal responde a esfuerzos por garantizar la seguridad tanto de los reclusos como de las comunidades cercanas, a la vez que evidencia la necesidad de mejorar las condiciones en el sistema penitenciario del país.

En enero, el presidente de la Comisión Interventora del Sistema Penitenciario Nacional y comandante de la Policía Militar del Orden Público (PMOP), Ramiro Muñoz, confirmó el cierre de otros tres centros penales en las próximas semanas debido a «sus deplorables condiciones».

Según el alto jerarca militar, estos centros, que involucran al centro penal de La Esperanza,  Trujillo y Puerto Cortés, datan desde el año 1800.

Lo que hace, que estén en un estado preocupante por el pasar del tiempo de la infraestructura, haciéndolos inviable su continuo funcionamiento.