Esta semana inician los Juegos Olímpicos de Invierno en China
Aunque la mayoría de las competencias estarán cerradas al público, el mundo pondrá los ojos en China justo cuando entramos en el tercer año de la pandemia del coronavirus que fue identificado por primera vez en ese país.
La ceremonia de apertura tendrá lugar el 4 de febrero de 2022, y la de clausura el 20 de febrero de 2022. Sin embargo, la competición propiamente dicha comenzará dos días antes de la ceremonia inaugural con los primeros partidos de curling.
El 3 de febrero también arrancan los partidos de hockey sobre hielo femenino y los primeros clasificatorios de esquí acrobático en la modalidad de moguls.
Como China adoptó un enfoque de cero covid-19, se prevé que haya una burbuja mucho más estricta de bioseguridad que la de los Juegos de Verano en Tokio. El país ha implementado una amplia y sofisticada gama de controles de alta tecnología para detener el virus.
Estas medidas, justificadas por el reglamento de salud, preocupan a los especialistas en derechos humanos, que temen que estos controles permanezcan aunque luego sea superada la pandemia.
Algunos expertos en salud pública observan que este enfoque tan estricto no es ideal. “Si sigue aplicando una política con el propósito de eliminar por completo la covid-19, el gobierno está condenado a perseguir eternamente a un blanco en movimiento al que jamás podrá vencer”, escribieron en un ensayo reciente los médicos Ezekiel J. Emanuel y Michael T. Osterholm.
Más allá de las dificultades por las restricciones pandémicas, la realidad es que los Juegos son una oportunidad para mandar un mensaje al mundo. “China ya no necesita demostrar su posición en el escenario mundial”, escriben reporteros en un análisis del liderazgo de Xi Jinping.
La semana pasada, durante el Abierto de Australia, resurgió una de las controversias más recientes del deporte chino: ¿Dónde está Peng Shuai? La tenista olímpica causó revuelo cuando dijo en sus redes sociales que había sufrido abuso sexual por parte de un alto funcionario del gobierno. Desde entonces, distintos atletas y organismos se han mostrado preocupados por su bienestar y temen que las publicaciones y entrevistas virtuales que ha dado al Comité Olímpico Internacional hayan sucedido bajo coerción.
Algunos de estos críticos y activistas han pedido que los patrocinadores de los Juegos Olímpicos, como Audi, Visa, Coca-Cola, Samsung y otras multinacionales, retiren los auspicios como un modo de ejercer presión sobre el país en materia de derechos humanos, en particular en lo tocante a la región de Sinkiang, donde viven poblaciones musulmanas. Sin embargo, en gran medida, las empresas “los han ignorado y han optado por, más bien, mantener satisfecha a China y a su clase emergente de consumidores nacionalistas”.