San Pedro Sula — En una noche cargada de emociones, historia y pasión futbolera, el Club Pachuca de México se impuso al Club Deportivo Marathón en la tanda de penales (5-3) y se coronó campeón de la Copa Centenario, disputada en el Estadio Morazán ante una multitud verdolaga que vivió una fiesta que terminó con sabor amargo.

El partido, que finalizó 1-1 en el tiempo reglamentario, tuvo tintes de homenaje, nostalgia y alta competencia. Nicolás Messiniti, quien había anotado el gol del empate para Marathón en el minuto 33, pasó de héroe a villano al fallar el primer penal de la serie, lo que marcó el rumbo del desenlace.

Los Tuzos demostraron jerarquía y temple en la definición desde el punto penal. Puente, Sigala, Togni, González y Berlanga no fallaron, sellando una victoria impecable. Por Marathón, anotaron Sacaza, Odín Ramos y José Aguilera, pero el fallo de Messiniti fue determinante.

La velada comenzó con una entrada espectacular de la afición verdolaga, que tiñó el Morazán de verde con bengalas, mantas y cánticos. El evento también sirvió como homenaje a leyendas del club, con la presencia en el campo de Mario Berríos, eterno capitán del Monstruo Verde, quien jugó los primeros 19 minutos —número que portó durante su carrera— antes de ser ovacionado por la grada.

También estuvieron presentes figuras históricas como Manolo Keosseián, Juan Obelar y Juan Carlos Weber, reforzando el carácter simbólico del encuentro.

Aunque catalogado como amistoso, el partido tuvo intensidad de final. Pachuca se adelantó al minuto 24 con una joya de Carlos Sánchez, quien dejó a tres rivales en el camino antes de definir con clase ante el debutante arquero Enzo Torres. Marathón respondió con carácter y logró la igualdad gracias a una gran combinación entre Damín Ramírez y Messiniti.

El segundo tiempo bajó en ritmo, pero no en tensión. Al minuto 75, una fuerte entrada desató una trifulca entre jugadores de ambos equipos, aunque la situación no pasó a mayores.

Más allá del resultado, la Copa Centenario dejó una postal imborrable para la afición de Marathón, que celebró su historia con orgullo. Sin embargo, el fútbol no perdona, y Pachuca se llevó el trofeo tras una ejecución perfecta desde el manchón penal.