Estados Unidos se jugaba mucho en su enfrentamiento de octavos de final contra Suecia. Este resultado definiría su torneo. Y también el futuro de Andonovski: una derrota supondría casi con toda seguridad su destitución como seleccionador de la USWNT. El duelo tuvo un inicio, un desarrollo y un final de película. Una derrota también supondría la eliminación más temprana de Estados Unidos en un Mundial. Podía convertirse en un desastre nacional que perduraría en la memoria del fútbol estadounidense. Había mucho en juego.

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Andonovski introdujo dos cambios con respecto el once que empezó el partido contra Portugal en un intento de encontrar una fórmula ganadora. A pesar de que en la rueda de prensa del sábado se insinuó que Ashley Sánchez sería la elegida para sustituir a la sancionada Rose Lavelle, en realidad fue Emily Sonnet la que se llevó el gato al agua. Lavelle ha sido una de las pocas bazas positivas de Estados Unidos en este torneo, pero su energía, franqueza y creatividad se echarán mucho de menos.

A pesar de las críticas recibidas por la táctica y la formación elegidas por Andonovski, el seleccionador estadounidense se mantuvo fiel a sus principios. Y al igual que en sus anteriores enfrentamientos en este torneo, persistieron los mismos problemas, aunque sobre todo en los primeros minutos del encuentro.

En cuanto a la posesión del balón, el equipo pareció adoptar una formación 3-2-5 para sobrecargar a la defensa rival con ventaja numérica, un movimiento característico de Andonovski que hasta ahora no ha funcionado en este torneo. Varios balones largos de Ertz o Girma fueron enviados al área con poco o ningún efecto.

Pero tras unos primeros quince minutos de cautela, el equipo empezó a encontrar su ritmo. Se mostraron más peligrosos cuando jugaron el balón por el suelo y a los pies de los jugadores de banda. Con su velocidad, atletismo y rapidez de pies, Sophia Smith y Trinity Rodman eran especialmente peligrosas cuando conducían el balón hacia las defensas rivales. La guardameta sueca Zecira Musovic paró dos buenas ocasiones de esta última. Smith también estuvo animada, y si iba a llegar un gol, parecía más que probable que fuera a través de una de esas dos jugadoras.

A pesar de todo lo que se ha dicho de que Suecia es un equipo muy peligroso en el juego aéreo, fue el equipo de Andonovski el que estuvo más cerca de marcar a balón parado. La capitana Lindsey Horan dispuso de la mejor ocasión de la primera parte después de que su cabezazo, un calco del que marcó en el segundo partido contra Holanda, se estrellara en el travesaño en el minuto 33.

En la primera parte, Estados Unidos mejoró ostensiblemente su juego. En el último cuarto de hora, las norteamericanas tenían un 78% de posesión, pero necesitaban hacer algo con ella. Su juego fue bueno, ciertamente ascendente, pero no excelente. Suecia se mostró muy regular y no ofreció casi nada.

La portería, la diferencia

El ímpetu y la intensidad del equipo continuaron en la segunda parte. Horan, una vez más, llevó la iniciativa. En el minuto 54, la guardameta sueca Zecira Musovic realizó una de las mejores paradas del torneo, al atajar con la mano un disparo de Horan desde la frontal del área. Las jugadoras estadounidenses no podían creer lo que habían visto. Pocos minutos después, Horan lanzó otro potente disparo ajustado al poste y dio un puñetazo al suelo en señal de frustración. Estados Unidos se acercaba, y Suecia no tenía respuesta a sus amenazas.

Andonovski recurrió entonces al banquillo en busca del primer gol a falta de 25 minutos para el final. A pesar de que Lynn Williams añadió más potencia ofensiva, la falta de puntería en el último tercio siguió siendo un problema para Estados Unidos.

Tras desperdiciar una ocasión en el minuto 86 con su pie más débil, Alex Morgan se las arregló para rematar de cabeza un centro de bella factura, pero otra parada de clase mundial de Musovic se lo impidió. Parecía destinada a no marcar. No ha sido su torneo. Nada separaba a ambos equipos al final del partido. El partido se iría a la prórroga.

Nervios a flor de piel

Tras quedarse a las puertas de la prórroga, Alex Morgan tuvo que retirarse y su intento de marcar un gol en el Mundial tuvo que esperar. ¿Podría la heroína estadounidense de 2019 inspirar a sus compañeras? La introducción de Rapinoe pareció animar al equipo: apenas unos segundos después de su entrada, Lynn Williams se internó en el área y su disparo raso con la derecha obligó de nuevo a Musovic a realizar una brillante parada. El rechace estuvo a punto de caer en los pies de Rapinoe, quien, de haber estado en mejor posición, habría rematado a gol. La cosa no cambió. Penaltis, nervios y emoción.

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La tanda comenzó con acierto tras acierto, hasta que llegó el momento de los desaciertos. Primero, para Suecia. Luego, una Megan Rapinoe que estuvo a punto de decir adiós a la selección fallando un penalti. Sin embargo, Naeher tenía que hablar y parar. Y así lo hizo. Todo quedaba en el pie de Smith. Escenario ideal, pero Sophia lo echó fuera. Así, hasta que Hurtig disparó y Naeher lo paró, la pelota salió rechazada de su mano y entró en la portería por un milímetro. El VAR avisó a Frappart y el resto es historia. (marca)