Empresarios alertan sobre falta de confianza en resultados electorales
Tegucigalpa, Honduras. — A pocos días de las elecciones generales, el Cuarto Barómetro Electoral Empresarial del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP) encendió las alarmas al revelar que el 50 % del sector empresarial desconfía de que los candidatos presidenciales acepten los resultados electorales, independientemente del desenlace en las urnas.
El estudio, en el que participaron 1,167 emprendedores y empresarios, señala que aunque la mayoría considera que los comicios se desarrollarán conforme lo programado, el temor a un eventual desconocimiento de los resultados alimenta la incertidumbre política y económica del país.
Instituciones bajo cuestionamiento
- Los encuestados expresaron dudas sobre la imparcialidad de las Fuerzas Armadas.
- Señalaron una percepción de fuerte politización en el Ministerio Público.
- Casi tres de cada cuatro participantes aseguran que no existe una separación real de poderes, lo que refuerza el sentimiento de fragilidad institucional.
El informe advierte que este deterioro en la confianza podría generar tensiones postelectorales, especialmente si los resultados son cerrados o si algún actor político decide no reconocerlos.
Incertidumbre económica en aumento
El Barómetro también refleja un clima económico desfavorable:
- Dos tercios del sector empresarial están insatisfechos con el entorno para invertir.
- Señalan que el discurso gubernamental hacia la empresa privada ha impactado negativamente en la confianza.
- Existe preocupación por la orientación de la política exterior, en particular la relación del Gobierno con Venezuela, que según los empresarios desalienta la llegada de capital extranjero, especialmente de Estados Unidos.
Un país en tensión antes de las urnas
El COHEP concluye que la combinación de fragilidad institucional, poca confianza en los actores políticos y un entorno económico desfavorable conforma un escenario de riesgo en vísperas de unas elecciones decisivas.
El sector privado advierte que será indispensable un proceso electoral transparente, eficiente y aceptado por todas las partes para evitar un ambiente postelectoral marcado por la confrontación y nuevos obstáculos para la inversión.
