“Habrá consecuencias” para los países que no acepten a los deportados”, advierte Mauricio Claver-Carone, enviado especial de EE. UU. para Latinoamérica

El enviado especial de Estados Unidos para América Latina, Mauricio Claver-Carone, declaró que a Estados Unidos no le interesa tener a Nicaragua como socio comercial, por lo que están buscando “opciones” con sus aliados en la región para expulsar al país del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos (DR-Cafta, por sus siglas en inglés), vigente desde 2004.

“Eso es absurdo, es absurdo”, aseveró Claver-Carone mientras explicaba que la estrategia de su país es trabajar con los aliados de Estados Unidos en cómo remover a Nicaragua de este tratado sin afectar al resto de países.

Coincidiendo con la retórica del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el enviado especial dijo que “ese tratado fue negociado y promulgado muy pobremente”.

Añadió que “obviamente, a los Estados Unidos no nos interesa Nicaragua como socio comercial” en especial una Nicaragua gobernada por la dictadura de Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo.

De ahí que estén analizando con sus aliados, cómo excluir a Nicaragua de una manera que no perjudique ni convierta en daño colateral a esos aliados.

“Ese es un tema muy importante”, reiteró.

Las declaraciones del funcionario estadounidense fueron hechas en una conferencia de prensa en la que presentó detalles del viaje que el secretario de Estado de Estados Unidos, el cubanoestadounidense Marco Rubio, hará a Panamá, El Salvador, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana, todos miembros del DR-Cafta. Rubio no irá a Nicaragua ni a Honduras.

Claver-Carone, exfuncionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), dijo a propósito de la visita de Rubio a la región que “obviamente el tema de Nicaragua es una preocupación para nosotros”. 

Reiteró que el Cafta es muy importante, porque Nicaragua sigue beneficiándose de ese tratado de libre comercio.

Consecuencias de salir del Cafta

En una reacción compartida a través de redes sociales, el economista Juan Sebastián Chamorro hizo notar que “ya no es un asunto de si Nicaragua va a estar o no va a estar en el tratado”, sino que el secretario Rubio vendrá a Centroamérica a hablar con los demás socios, para ver que esta salida no afecte a los demás socios centroamericanos.

Recordó que “hemos reiterado en muchas ocasiones el impacto que un cambio en las políticas comerciales de Estados Unidos tendría para la economía nicaragüense, porque pone en riesgo el empleo de centenares de miles de nicaragüenses.

“Si tal cambio ocurre, los únicos responsables son Daniel Ortega y Rosario Murillo… porque desde hace tres años, este régimen ha venido utilizando la migración como arma política en contra de Estados Unidos”, destacó Chamorro.

Si la deriva autoritaria del régimen provoca la exclusión caerían las exportaciones, el empleo, la recaudación tributaria, y hasta los ingresos del INSS. En esta nota, varios expertos explicaron a CONFIDENCIAL que ser excluidos del tratado le costaría a Nicaragua más de 1500 millones de dólares anuales.

Hasta septiembre de 2024, Nicaragua había exportado a Estados Unidos mercancías por 1230 millones de dólares, lo que representó el 38.4% de los 3206 millones exportados por el país hasta ese momento, según el Informe Comercio Exterior del tercer trimestre de 2024, publicado por el Banco Central de Nicaragua, (BCN). El DR-Cafta ofrece contingentes, preferencias y ventajas arancelarias, lo que ha beneficiado grandemente a los exportadores nicaragüenses.

Deben aceptar a los deportados

La agenda del secretario Rubio a la región, está marcada por la migración, uno de los asuntos prioritarios del presidente Donald Trump, y la amenaza de “recuperar” el Canal de Panamá.

Claver-Carone recordó que “el presidente Trump, ha dejado muy claro que todos los países del mundo —incluyendo a Nicaragua— tienen que aceptar a sus nacionales. No es una opción”.

Su argumento es que los países tienen responsabilidad para con sus connacionales, reiterando “obviamente habrá consecuencias” para los países que decidan no aceptarlos, como ya se vio recientemente en el affaire con Colombia.

El secretario de Estado tiene previsto reunirse entre el 1 y el 6 de febrero con los mandatarios de los cinco países incluidos en su periplo para abordar el asunto migratorio, buscando “detener la migración ilegal y a gran escala”, según un comunicado del Departamento de Estado, después que la semana pasada comenzaran las polémicas redadas y deportaciones contra migrantes en varias ciudades de Estados Unidos.

Rubio no viajará a Nicaragua ni a Honduras. Ambos países son un paso obligado para viajeros de todo el mundo que se dirigen desde Suramérica hacia Estados Unidos, pero también emisores históricos de migrantes. Más de un millón de hondureños y nicaragüenses, entre residentes legales e indocumentados, viven en territorio estadounidense.

Desde que era senador Rubio ha sido enfático contra Daniel Ortega, quien se encuentra en el poder desde 2007, al señalar que tiene “las manos manchadas de sangre” y que su Gobierno es una “dictadura criminal que tortura a presos políticos”.

El ahora secretario de Estado ha criticado los ataques contra la oposición y solicitó en su momento a la Organización de los Estados Americanos (OEA) una investigación sobre la violencia ejercida por las fuerzas leales a Ortega durante la Rebelión de Abril de 2018, que dejó 352 muertos.

En noviembre pasado, la oposición nicaragüense aplaudió la designación de Rubio como secretario de Estado, destacando que podría ser una pieza clave contra la dictadura de Ortega y Murillo.

“Marco Rubio conoce a los dictadores, sabe cuáles son las formas de trabajar, sabe que no son de paños tibios, sino que hay que trabajar con fuerza, mostrar fuerza para generar cambios. Así que, obviamente, los dictadores de Venezuela, Cuba y de Nicaragua, Daniel Ortega, deben de estar sumamente preocupados”, comentó el Juan Sebastián Chamorro.

En el comunicado citado antes, también se informó que Rubio tratará en las reuniones bilaterales con los cinco presidentes cómo “luchar contra el flagelo de las organizaciones criminales transnacionales y los narcotraficantes, (y) contrarrestar a China”.(confidencial.digital)