La ciudadanía ecuatoriana rechazó de manera contundente las cuatro preguntas planteadas en el referéndum y consulta popular convocados por el presidente Daniel Noboa. Con más del 70% del escrutinio, el “No” se impuso en todos los casilleros, marcando un revés político significativo para el Gobierno.

• Bases militares extranjeras: 60,5% votó “No”.
• Eliminación del financiamiento estatal a partidos políticos: 58% votó “No”.
• Reducción del número de asambleístas: 53,5% votó “No”.
• Convocatoria a una Asamblea Constituyente: 61,6% votó “No”.

La participación ciudadana superó el 80% del padrón electoral, en una jornada que transcurrió de manera pacífica y con fuerte despliegue de seguridad.

Reacciones

El presidente Noboa reconoció los resultados y aseguró que respetará la voluntad popular:

“Consultamos a los ecuatorianos y ellos han hablado. Cumplimos con lo prometido: preguntarles directamente. Nosotros respetamos la voluntad del pueblo ecuatoriano”, escribió en X.

Por su parte, líderes opositores como Luisa González y Rafael Correa celebraron el triunfo del “No”, calificándolo como una defensa de la soberanía nacional y un rechazo al intento de modificar las reglas institucionales.

El referéndum fue convocado por Noboa como parte de su agenda de reformas, que incluía:

• Reestructurar la Asamblea Nacional.
• Eliminar el financiamiento público a partidos políticos.
• Permitir bases militares extranjeras en territorio ecuatoriano.
• Convocar a una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución.

Sin embargo, el rechazo ciudadano refleja la desconfianza hacia el Ejecutivo, en medio de una crisis de seguridad marcada por la violencia del crimen organizado y un clima de polarización política.

El resultado redefine el tablero político ecuatoriano:

• Debilita la capacidad del Gobierno para impulsar reformas estructurales.
• Fortalece a la oposición, que defendió el “No” desde distintas posiciones ideológicas.
• Envía un mensaje de defensa de la Constitución de Montecristi (2008) y de los principios de soberanía y financiamiento democrático de los partidos.