Las autoridades extraditaron hoy al hondureño Santos Erazo Licona a Estados Unidos, donde enfrenta cargos por pertenecer a una red de tráfico de drogas sintéticas, específicamente fentanilo, en el estado de California. Con esta extradición, Erazo Licona se convierte en el extraditado número 57 desde 2014 por delitos relacionados con la criminalidad organizada.

En lo que va de 2024, Honduras ha extraditado a 17 ciudadanos hondureños, de los cuales 15 fueron a Estados Unidos y dos a Costa Rica, todos vinculados al narcotráfico.

Entre los extraditados a California por tráfico de fentanilo se encuentran Víctor Viera Chirinos, Mayer Banegas Medina, Elmer Bonilla Matute, Jorge Alberto Viera Chirinos, Orbin Velásquez, Erick Raudales y Javier Marín Gonzales.

La entrega de Erazo Licona se produce en medio de tensiones entre Honduras y Estados Unidos, exacerbadas por un escándalo que involucró al cuñado de la presidenta Xiomara Castro, Carlos Zelaya, en actividades ilícitas. Como respuesta, el gobierno hondureño ha manifestado su intención de eliminar la extradición como medida judicial en casos de narcotráfico y otros delitos.

Información sobre el Fentanilo:

El fentanilo es un potente opioide sintético, aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para uso medicinal como analgésico y anestésico. Es aproximadamente 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina, lo que lo hace extremadamente efectivo para el manejo del dolor, especialmente en contextos médicos como el tratamiento del dolor crónico o postoperatorio. Sin embargo, fuera de su uso controlado, se ha convertido en una grave preocupación por su uso recreativo debido a su alta potencia y capacidad para causar sobredosis letales con muy pequeñas dosis.

El fentanilo ilegal se fabrica en laboratorios clandestinos y se distribuye de diversas formas: en polvo, pastillas, líquido, o incluso mezclado con otras drogas como heroína, cocaína, o metanfetamina para aumentar su efecto o hacer que sea más adictivo. La droga puede ser inhalada, inyectada, o ingerida, y debido a su alta potencia, una cantidad tan pequeña como 2 miligramos (aproximadamente la cantidad en la punta de un lápiz) puede ser letal.

El consumo de fentanilo ha sido vinculado a una crisis de salud pública en Estados Unidos, donde ha sido el principal causante de muertes por sobredosis desde 2016, con más de 70,000 muertes en 2021 relacionadas con opioides sintéticos, principalmente fentanilo. Su facilidad de producción y bajo costo en el mercado negro, junto con su extrema potencia, han hecho que su tráfico sea un negocio lucrativo para los cárteles y organizaciones criminales.