Tegucigalpa, Honduras. Las autoridades identificaron como Daniela Alejandra Rodríguez Godoy, de 27 años, a la joven cuyo cuerpo fue encontrado en una quebrada de la colonia Mololoa, en Tegucigalpa. El hallazgo se produjo tras el aviso de vecinos que alertaron a la Policía Nacional sobre la presencia del cadáver en una zona de difícil acceso.

De acuerdo con reportes preliminares, Rodríguez habría sido raptada en la colonia La Travesía y posteriormente trasladada a otro sector, donde fue asesinada. Al llegar al lugar, agentes policiales confirmaron que el cuerpo presentaba señales evidentes de violencia.

Las investigaciones apuntan a que la joven sufrió agresiones antes de morir, entre ellas la pérdida forzada de su cabello y la aplicación de un torniquete. El cuerpo fue trasladado a la morgue capitalina para los procedimientos forenses correspondientes.

Hasta el momento, las autoridades no han informado sobre capturas ni avances concretos en el caso, aunque se mantienen las diligencias para esclarecer el crimen y dar con los responsables.

Este hecho se suma a la grave situación de violencia contra las mujeres en Honduras. Organizaciones feministas y defensoras de derechos humanos califican este fenómeno como una “pandemia social”. Datos oficiales revelan que más de 220 mujeres han sido asesinadas en lo que va de 2025, reflejando la magnitud del problema.

Representantes de colectivos feministas advierten que la mayoría de estos crímenes se producen en contextos de violencia de pareja, lo que evidencia un patrón de violencia basada en género. Además, señalan fallas estructurales en el sistema judicial que permiten altos niveles de impunidad.

Ante esta situación, defensoras de derechos humanos exigen reformas urgentes, incluyendo el endurecimiento de penas contra agresores y la implementación de políticas públicas que prioricen la prevención, la protección de víctimas y el acceso efectivo a la justicia.

Según el Observatorio Nacional de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, una mujer es asesinada cada 36 horas en el país, una estadística que evidencia la urgencia de acciones contundentes para frenar la violencia feminicida.