La historia real de Jeffrey Dahmer‘, el gran éxito de Netflix


Dahmer, monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer’ se ha convertido en un éxito en Neftlix una semana después de su estreno. Declarada como el mejor estreno desde la cuarta temporada de Stranger Things, ‘Dahmer’ relata en diez episodios la vida y crímenes del conocido como el ‘carnicero de Milwaukee’. Una historia real que se destapó en 1991 cuando se descubrieron los restos de 12 hombres en la casa de Dahmer.

El pasado 21 de septiembre Netflix estrenó una de las series más esperadas (y con menos promoción) de la plataforma: ‘Dahmer, monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer’. Desde su estreno, la serie de diez episodios creada por el alabado Ryan Murphy (creador de American Horror Story) se ha convertido en todo un éxito para la plataforma de streaming.

Los datos oficiales de Netflix afirman que se han visto 196.200.000 horas en tan solo una semana. Aunque pueda sonar a poco, si se compara con las dos semanas que lleva disponible la segunda temporada de Destino: La saga Winx y sus 60.970.000 minutos, esta comparativa avala el éxito de ‘Dahmer’. La serie de Murphy ha superado la cifra de estreno de la segunda temporada de Los Bridgerton (193.000.000), convirtiéndose en el mejor estreno de la plataforma desde la cuarta temporada de Stranger Things.

El motivo de su éxito —aparte del renombre de Ryan Murphy y del actor protagonista, Evan Peters— podría deberse a la trama de la serie, basada en la historia real de Jeffrey Dahmer. Denominado como el ‘carnicero de Milwaukee’, asesinó a 17 hombres, los descuartizó y llegó a comerse partes de sus cadáveres.

Aunque el éxito en muchas ocasiones lleva asociadas críticas. En este caso, la serie de Netflix ha sufrido las de los familiares vivos de las víctimas de Dahmer, que afirmaron sentirse “traumatizados” con la representación de los asesinatos en la serie de Netflix, según afirmaron algunos medios de comunicación.

Jeffrey Dahmer, necrófilo y caníbal: el inicio de sus crímenes

Ahora la historia de Dahmer se ha convertido en un éxito debido a su adaptación televisiva. Una historia que ya se dio a conocer en el año 1991 y que sorprendía debido a lo siniestra (y real) que era.

Todo comenzó cuando Tracy Edwards, de 22 años, se presentó a última hora de la tarde en las dependencias de la Policía de Milwaukee para denunciar que un hombre a cuyo apartamento había acudido para tener relaciones sexuales, Jeffrey Dahmer, había intentado asesinarlo. Cuando los agentes se presentaron en el piso de Dahmer descubrieron la siniestra realidad en la que vivía Jeffrey.

El piso estaba lleno de los restos de 12 hombres. Una cabeza ocupaba todo el congelador. Un bidón de 215 litros de ácido se encontraba en el salón. Dentro restos de seres humanos a medio deshacer. En un congelador portátil había manos y penes momificados. También dos torsos. Los armarios de la cocina estaban llenos de huesos de sus víctimas. Cociendo distintas partes de los cuerpos es como Dahmer conseguía separar los huesos de los tejidos blandos. Cuando la Policía lo detuvo estaba bebido y hasta que no se le pasó no declaró. Su declaración se convirtió en una confesión. Durante casi diez duras horas diarias en las siguientes tres semanas iba dando más detalles del asunto hasta completar un relato que tenía su punto catártico. Desde entonces el mundo lo conocería como el ‘carnicero de Milwaukee’.

Su historia comenzó 31 años antes. Jeffrey era el primer hijo de Lionel, un estudiante de químicas, y vino al mundo el 21 de mayo de 1960. Sus primeros años de infancia y su carácter sorprendían por su eterna curiosidad. “Le gustaba estudiar las texturas y los animales”, contaba su padre. Desde pequeño mostró interés por los animales. En la adolescencia comenzó a interesarse por ellos de otra de forma más llamativa. A partir de los nueve años comenzó a recoger animales muertos para diseccionarlos.

Con la llegada de la adolescencia comenzó a tener deseos homosexuales. Sin embargo, sus fantasías no eran normales. Años después confesó que soñaba con torsos inmóviles, sin vida, y que cuando se imaginaba teniendo relaciones sexuales con hombres, finalmente fantaseaba con asesinarles y descuartizarles. Su carácter cada vez se hizo más retraído e introvertido. La situación familiar tampoco le ayudó. Las broncas entre sus padres eran cada vez más continuadas en el tiempo y desembocaron en el divorcio de estos a principios de 1978. Para entonces, Jeffrey ya era un verdadero adicto al alcohol.

El primer asesinato: Steve Higs

Ese verano cometió su primer asesinato. Recogió a Steven Hicks, un joven de 19 años que se encontraba haciendo autostop. Le invitó a su casa y después de mantener relaciones sexuales con él, lo drogó y lo asesinó, estrangulándolo con una barra. Tras descuartizarlo, lo metió en una bolsa de basura. Decidió deshacerse de los restos esa misma noche. Condujo hacia un descampado y la policía lo detuvo por conducir pisando la línea continua. Para su suerte, la Policía le dejó huir poniéndole solo una multa.

Dahmer intentó huir de sus remordimientos comenzando sus estudios universitarios. Sin embargo, el alcoholismo reapareció en su vida y por consejo de su padre dejó los estudios para pasar unos meses en una clínica de rehabilitación. Tras unas semanas allí decidió alistarse en el ejército. Al principio todo iba bien. Cuando lo enviaron a Alemania volvió a beber y lo expulsaron del ejército. De ahí pasó a vivir en Miami, cambiando de casa cada vez que no podía pagar los alquileres. Su padre se hartó y le pidió que volviera a Milwaukee. Allí se instaló en casa de su abuela y redescubrió la fe.

Dahmer en su juventud

Poco a poco comenzó a salir de noche por bares de ambiente gay pero no se atrevía a entablar conversación con ningún hombre. Solo mantenía relaciones con ellos en saunas después de narcotizarlos. Cuando le descubrieron, le expulsaron de estos establecimientos.

En 1987 sus instintos criminales se despertaron de nuevo. Se trataba de Steve Temi. Lo drogó en una habitación y tras estrangularle se compró una maleta en una tienda cercana, lo descuartizó y se lo llevó a la casa de su abuela. En el sótano se encargó de separar la carne del hueso y de machacar estos últimos con una maza. Pocas semanas después se compró un maniquí. Con él cumplió su deseo de tener un amante inerte. Cuando su abuela lo descubrió, lo echó de casa. Antes de su expulsión le dio tiempo a cometer un crimen más.

Intentó convertir a sus víctimas en zombis

Primero se trasladó a la zona oeste de la ciudad y luego a la zona norte. En esa época es cuando desató su locura homicida. Entre 1989 y 1991 acabó con la vida de 12 hombres. No sólo los mató. Llegó a tener sexo con varios de los cadáveres y comerse algunas partes. También refinó sus formas de seccionar los cuerpos y deshuesarlos.

Sin embargo, Jeffrey seguía sintiéndose terriblemente solo. Necesitaba que una de sus víctimas pudiera seguir viva, pero sin capacidad de decisión. Buscaba una especie de zombi de carne y hueso. Su sistema era espeluznante. Estando vivos hacía un orificio en la cabeza y vertía en él ácido para derretir su cerebro. Probó este experimento con tres de sus víctimas. Sólo uno sobrevivió más de un día.

El juicio contra Jeffrey Dahmer comenzó en enero de 1992 y fue seguido masivamente por los medios de comunicación. Durante días, las televisiones emitieron los testimonios más desgarradores. Especialmente, se recuerda el momento en el que la hermana de una de sus 17 víctimas intentó agredirle en el tribunal. Finalmente, Jeffrey fue condenado a 997 años de prisión.

Durante su estancia en la cárcel volvió a centrarse en la religión y pidió ser bautizado en la fe evangélica. El acto se realizó en una piscina de hidromasaje de la cárcel. Se volvió un furibundo religioso y llegó a acusar de sus crímenes a la Teoría de la Evolución. Jeffrey fue atacado por un preso en noviembre de 1994. No era la primera vez que sufría una agresión, pero sí fue la más grave. Murió de camino al hospital.(elcierredigital.com)


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