El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el mandatario chino, Xi Jinping, aterrizan este jueves en Lima, Perú, para participar en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), en un clima de preocupación por las posibles guerras comerciales que podría desencadenar la inminente presidencia de Donald Trump.

La cumbre, que reúne a 21 economías responsables del 60% del PIB mundial, concluirá el sábado con una reunión entre Biden y Xi, quienes se han encontrado en dos ocasiones previas este año. Esta será posiblemente la última vez que ambos líderes se vean antes de que Biden entregue la presidencia a Trump en enero.

Un alto funcionario estadounidense confirmó que Biden aprovechará la reunión para revisar los esfuerzos de ambos países en la gestión de su rivalidad de manera responsable. En la pasada cumbre de San Francisco, ambos alcanzaron acuerdos antidrogas y para mejorar la comunicación militar.

Además de su participación en la APEC, tanto Biden como Xi asistirán a la cumbre del G20 que se celebrará la próxima semana en Brasil.

Xi y la influencia china en América Latina

A su llegada a Lima, Xi Jinping inaugurará el megapuerto de Chancay junto a la presidenta peruana, Dina Boluarte. Este proyecto, ubicado a 80 km al norte de la capital, es una muestra de la creciente influencia china en la región, habiendo sido financiado con una inversión de 3.500 millones de dólares.

La sombra de Trump sobre la cumbre

Aunque Trump no asistirá a la cumbre, su retorno a la Casa Blanca tras su victoria en las elecciones del 5 de noviembre es uno de los temas más comentados entre los líderes mundiales. Victor Cha, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), señaló que las discusiones en APEC y el G20 probablemente giren en torno a las expectativas sobre la futura administración Trump y sus políticas comerciales.

El foro APEC, creado en 1989, promueve el comercio libre de barreras, una postura que choca con las promesas de Trump de imponer aranceles de hasta el 60% a las exportaciones chinas, lo que genera temores de un incremento en las tensiones entre Washington y Pekín.

Seguridad y protestas en Lima

Lima ha desplegado 13.000 efectivos policiales y ha autorizado la entrada temporal de hasta 600 militares estadounidenses para garantizar la seguridad durante la cumbre. La capital peruana también enfrenta huelgas y protestas de transportistas y comerciantes, quienes denuncian la creciente criminalidad y la falta de acción frente a las extorsiones.

Las manifestaciones se extenderán hasta el viernes, mientras los líderes mundiales continúan con las discusiones sobre el futuro económico de la región Asia-Pacífico.