El expresidente uruguayo José «Pepe» Mujica, de 89 años, ha decidido abandonar los tratamientos para el cáncer de esófago que padece, ya que la enfermedad se ha extendido a su hígado y su cuerpo no puede soportar más intervenciones.

Mujica, una figura emblemática de la izquierda en América Latina y presidente de Uruguay entre 2010 y 2015, expresó su deseo de pasar sus últimos días en paz, sin más entrevistas ni apariciones públicas.

En una entrevista reciente, Mujica declaró: «El cáncer en el esófago me está colonizando el hígado. No lo paro con nada. ¿Por qué? Porque soy un anciano y porque tengo dos enfermedades crónicas. No me cabe ni un tratamiento bioquímico ni una cirugía porque mi cuerpo no lo aguanta».

También mencionó que está haciendo los trámites necesarios para ser enterrado en el jardín de su casa en el Cerro de Montevideo, junto a su perra Manuela, bajo un árbol que él mismo sembró.

A pesar de su enfermedad, Mujica se mantuvo activo en la campaña presidencial que ganó su sucesor del Frente Amplio, Yamandú Orsi, y continuó dando entrevistas hasta hace poco.

En diciembre, recibió a los presidentes de Brasil y Colombia, quienes lo condecoraron con las principales distinciones de sus países.

Mujica, casado con la ex vicepresidenta y ex senadora Lucía Topolansky, pasó 13 años preso en condiciones infrahumanas durante la dictadura militar en Uruguay.

En su despedida, Mujica hizo un llamado al respeto y la democracia, destacando la importancia de respetar a quienes piensan diferente.