El presidente Trump firmó el lunes por la noche una orden ejecutiva para establecer una “Cúpula de Hierro para Estados Unidos”, un escudo antimisiles del siglo XXI que cumpliría una importante promesa de campaña del presidente al establecer un nuevo y amplio sistema de defensa nacional para contrarrestar las amenazas de misiles de China, Rusia y otros adversarios.

En la orden, Trump ordenó al secretario de Defensa, Pete Hegseth, que le presentara en un plazo de 60 días “una arquitectura de referencia, requisitos basados ​​en capacidades y un plan de implementación para el escudo de defensa antimisiles de próxima generación”. Ese escudo, que se basaría principalmente en interceptores espaciales en lugar de capacidades terrestres, defenderá “a Estados Unidos contra misiles balísticos, hipersónicos, de crucero avanzados y otros ataques aéreos de próxima generación de adversarios similares, casi similares y rebeldes”, dice la orden.

La orden ejecutiva de Trump sirve como reconocimiento de una realidad sobre la que los expertos en seguridad nacional y los analistas de defensa han advertido durante mucho tiempo: en este momento, Estados Unidos no tiene las capacidades que necesita para impedir que adversarios bien armados ataquen su territorio con misiles balísticos, de crucero o hipersónicos.

“La amenaza de ataques con misiles balísticos, hipersónicos y de crucero, y otros ataques aéreos avanzados, sigue siendo la amenaza más catastrófica que enfrenta Estados Unidos. El presidente Ronald Reagan se esforzó por construir una defensa eficaz contra los ataques nucleares y, si bien este programa dio lugar a muchos avances tecnológicos, se canceló antes de que pudiera cumplirse su objetivo”, se lee en parte de la orden, haciendo referencia al programa de Iniciativa de Defensa Estratégica propuesto por Reagan.

“En los últimos 40 años, en lugar de disminuir, la amenaza de las armas estratégicas de próxima generación se ha vuelto más intensa y compleja con el desarrollo por parte de adversarios pares y casi pares de sistemas de lanzamiento de próxima generación y sus propias capacidades integradas de defensa aérea y de misiles en su país”, dice la orden.

Aunque se presenta como la versión estadounidense del Iron Dome, la visión de Trump es en realidad bastante diferente del famoso sistema israelí Iron Dome. El Iron Dome israelí protege principalmente contra ataques con cohetes y morteros de corto alcance, mientras que la propuesta de Trump se centrará en amenazas de mucho mayor alcance e incluso en las armas hipersónicas más avanzadas y superrápidas.

La orden establece una serie de objetivos específicos para el Departamento de Defensa. El principal de ellos es el principio de que Estados Unidos debe tener las capacidades que necesita “para derrotar los ataques con misiles antes del lanzamiento y en la fase de impulso”. 

Los especialistas generalmente coinciden en que la única manera de hacerlo es a través de interceptores de misiles basados ​​en el espacio, y la orden exige el “desarrollo y despliegue de interceptores proliferados basados ​​en el espacio capaces de interceptar en fase de impulso”.(washingtontimes.com)