Un terremoto de magnitud 7,6 sacudió la costa occidental del centro de Japón el lunes, dejando al menos 50 muertos, mientras continúan las labores de rescate y búsqueda de personas atrapadas bajo los escombros de construcciones derrumbadas.

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La ciudad de Wajima, cercana al epicentro, resultó una de las más afectadas, con el derrumbe de unos 25 edificios, incluyendo casas particulares.

Se estima que personas podrían estar atrapadas bajo los restos de 14 de estos edificios, según información del cuerpo de bomberos local.

Imágenes tomadas por la cadena pública NHK mostraron un edificio de siete pisos derribado y humo elevándose en una zona central de Wajima.

Además, se produjo un incendio que afectó a más de 200 estructuras en la prefectura.

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, anunció que estará al mando de la gestión del desastre, movilizando a las Fuerzas de Autodefensa, la Guardia Costera de Japón, bomberos y policía.

Sin embargo, se ha reportado la dificultad de acceso a las áreas afectadas en la península de Noto.

Hasta el momento, alrededor de 32.000 personas han sido evacuadas en las prefecturas de Ishikawa, Toyama y áreas cercanas, con servicios de transporte aéreo y trenes locales suspendidos.

Más de 46.000 personas permanecen evacuadas en las prefecturas de Ishikawa y Toyama, con decenas de miles de hogares sin luz.

A pesar de las subidas del nivel del mar detectadas en diversas localidades japonesas y en Corea del Sur, no se han reportado daños importantes. Las centrales nucleares de la región no sufrieron incidentes.

Las autoridades continúan trabajando en las operaciones de rescate y se espera que la cifra de fallecidos pueda aumentar en las próximas horas.

El Gobierno japonés insta a los residentes de las zonas afectadas a actuar con seguridad, debido al riesgo de derrumbes de casas y deslizamientos de tierra en áreas donde los temblores fueron fuertes.