
China lamenta salida de Panamá de la Ruta de la Seda y acusa a EE.UU. de «mentalidad de Guerra Fría»
Este viernes, China expresó su decepción por la decisión de Panamá de cancelar su participación en la iniciativa Franja y Ruta (Belt and Road Initiative, BRI), acusando a Estados Unidos de ejercer presión indebida sobre el país centroamericano.
La medida, anunciada por el presidente panameño José Raúl Mulino, se produce tras una intensa campaña diplomática liderada por el gobierno de Donald Trump y su secretario de Estado, Marco Rubio, durante una reciente visita a Panamá.
La Decisión de Panamá
El jueves, Mulino confirmó que Panamá abandonará formalmente la Ruta de la Seda, un ambicioso proyecto lanzado por China en 2013 para conectar economías globales mediante inversiones en infraestructura. El mandatario cuestionó los beneficios que este acuerdo ha traído al país desde su firma en 2017 y anunció que la salida se concretará en un plazo de 90 días.
«¿Qué ha traído esa ‘Belt and Road Initiative’ a Panamá en todos estos años? ¿Cuáles son las grandes cosas?», declaró Mulino, sugiriendo que el acuerdo no había cumplido con las expectativas económicas del país.
La decisión fue elogiada rápidamente por Marco Rubio, quien calificó el anuncio como «un gran paso adelante para las relaciones entre Estados Unidos y Panamá». Durante su gira por Centroamérica, Rubio instó a Panamá y otros países de la región a reducir la influencia china, particularmente en sectores estratégicos como el Canal de Panamá.
Críticas de China
Desde Pekín, el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Lin Jian, lamentó la decisión y acusó a Washington de interferir en los asuntos internos de Panamá. «Instamos a Panamá a resistir las interferencias externas y considerar los intereses a largo plazo de nuestra relación bilateral», declaró Lin.
China también criticó duramente las declaraciones de Rubio, a quien acusó de «sembrar cizaña» y promover una «mentalidad de Guerra Fría» en América Latina. Según un comunicado oficial, el gobierno chino presentó una protesta formal ante las afirmaciones de Rubio, señalando que estas «denigran injustamente» la cooperación dentro del marco de la Ruta de la Seda y socavan los derechos legítimos de China.
«Los logros de la Franja y la Ruta han beneficiado a la gente de países como Panamá», subrayó Lin, defendiendo el proyecto como una herramienta para impulsar el desarrollo económico global.
Presiones de EE.UU. y el Futuro del Canal
La salida de Panamá de la iniciativa china es vista como un triunfo para la administración Trump, que desde su regreso a la Casa Blanca el 20 de enero ha priorizado reducir la influencia económica de China en América Latina. En particular, Washington ha mostrado preocupación por la presencia china en el Canal de Panamá, una vía estratégica que transporta el 5% del comercio marítimo mundial y el 40% del tráfico de contenedores de EE.UU.
Trump ha sido explícito en sus críticas, llegando incluso a amenazar con el uso de la fuerza para recuperar el control del canal si la influencia china aumenta. Aunque la Autoridad del Canal de Panamá administra actualmente la vía, empresas chinas operan puertos clave en sus entradas, lo que ha generado tensiones diplomáticas.
Durante su gira regional, Rubio instó a Panamá y otros países a alejarse de compañías chinas que, según él, están respaldadas por un gobierno que utiliza la coerción económica y el sabotaje como herramientas de presión. Estas declaraciones fueron rechazadas enérgicamente por China, que las calificó de «interferencia descarada».
Un Proyecto Global bajo Escrutinio
La Franja y la Ruta de la Seda ha sido objeto de debate internacional desde su lanzamiento. Mientras que China la presenta como un motor de desarrollo económico y conectividad global, sus detractores argumentan que el proyecto genera deuda insostenible para países en desarrollo, que luego puede ser utilizada como palanca política.
Para Panamá, la decisión de abandonar la iniciativa marca un cambio significativo en su política exterior, alineándose más estrechamente con Estados Unidos en medio de crecientes tensiones geopolíticas. Sin embargo, también plantea interrogantes sobre cómo esta medida afectará las relaciones bilaterales con China y los proyectos de infraestructura financiados por Pekín en el país.
Un Nuevo Capítulo en América Latina
La salida de Panamá de la Ruta de la Seda refleja la creciente competencia entre EE.UU. y China por la influencia en América Latina. Mientras Washington busca contrarrestar la expansión económica de Pekín, Beijing defiende su modelo de cooperación como una alternativa viable al liderazgo tradicional estadounidense.
Con esta decisión, Panamá se convierte en un ejemplo claro de cómo las presiones geopolíticas pueden moldear las alianzas internacionales, mientras la región enfrenta desafíos para equilibrar sus relaciones con ambos gigantes globales.