En las últimas semanas, ha cobrado fuerza una narrativa engañosa que acusa a Israel de provocar deliberadamente una crisis de hambre en Gaza. Como representante del Estado de Israel en Honduras, considero esencial ofrecer claridad basada en hechos y brindar orientación para comprender una situación sin duda compleja.

Para comenzar, Israel no bloquea la ayuda humanitaria. Por el contrario, ha facilitado su ingreso a través de múltiples canales, incluso en medio de un conflicto en curso. Hasta la fecha, se han entregado más de 105 millones de comidas mediante cruces autorizados, pausas humanitarias diarias, lanzamientos aéreos coordinados y apoyo marítimo.

Solo el 6 de agosto, 315 camiones ingresaron a través de los cruces Keren Shalom y Zikim, incluyendo envíos del Programa Mundial de Alimentos, el sector privado, la Media Luna Roja Egipcia y Jordania. Además, cuatro camiones cisterna de combustible ingresaron al enclave, y 107 paquetes de alimentos fueron lanzados desde el aire por Jordania, los Emiratos Árabes Unidos, Alemania, Bélgica y Francia. Asimismo, 150 gazatíes, incluidos pacientes médicos y ciudadanos con doble nacionalidad, fueron evacuados a Jordania para recibir tratamiento.

El verdadero obstáculo reside en la gestión interna de Gaza. Hamás, la organización terrorista que controla la Franja, desvía sistemáticamente recursos, sabotea la distribución de ayuda y utiliza sitios civiles como hospitales, escuelas y hogares como escudos militares. Informes independientes, incluidos los del Departamento de Estado de EE. UU., el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS) y el Centro de Asuntos Públicos de Jerusalén, han documentado cómo Hamás prioriza sus objetivos militares por encima del bienestar de los civiles, utilizando incluso el sufrimiento de su propia población como herramienta en su arsenal.

Estos hechos plantean serias preocupaciones sobre la credibilidad y los informes selectivos de algunas organizaciones internacionales. Coberturas recientes también han expuesto la manipulación deliberada de contenido por parte de Hamás, una estrategia de propaganda descrita por el periódico alemán Bild como «Pallywood», que busca distorsionar la verdad y ocultar el abuso del grupo hacia su propia población.

Un ejemplo impactante es la imagen ampliamente difundida de un niño cuya trágica muerte fue falsamente atribuida a la falta de ayuda humanitaria, cuando en realidad padecía afecciones de salud preexistentes no relacionadas con el conflicto

actual. Estas representaciones engañosas ofrecen una narrativa unilateral. Lamentablemente, tales complejidades rara vez llegan al consumidor de noticias en Honduras, quien con demasiada frecuencia está expuesto a narrativas falsas y titulares simplificados en los informes de agencias de noticias.

Insto al pueblo hondureño a buscar información con responsabilidad y a no dejarse engañar por campañas de desinformación que distorsionan la realidad y no hacen justicia al sufrimiento de ambas partes.