San Juan, Puerto Rico — En una maniobra que intensifica la presión militar en el Caribe, Estados Unidos ordenó el despliegue de diez aviones de combate F-35 en una base aérea de Puerto Rico, en medio de una escalada de tensión con el gobierno de Venezuela.

El movimiento se produce tras un incidente ocurrido el jueves, cuando dos cazas F-16 venezolanos sobrevolaron el destructor estadounidense USS Jason Dunham mientras navegaba en aguas internacionales. El Pentágono calificó la acción como una “maniobra provocativa” y advirtió que no tolerará interferencias en sus operaciones contra el narcotráfico.

Según fuentes citadas por la cadena CBS, el despliegue de los F-35 forma parte de una estrategia más amplia para combatir el narcotráfico en la región. Además de los cazas, EE.UU. ha movilizado ocho buques militares con misiles y un submarino de propulsión nuclear en áreas cercanas a las costas venezolanas.

La Casa Blanca defendió recientemente un ataque letal contra una embarcación en el Caribe, en el que murieron once presuntos miembros del grupo criminal Tren de Aragua, al que Washington vincula con el gobierno de Nicolás Maduro.

En Caracas, el presidente Maduro ha declarado la “máxima preparación” de las fuerzas armadas venezolanas y ha convocado a más de 8 millones de ciudadanos a alistarse en la Milicia Nacional Bolivariana. El ministro del Interior, Diosdado Cabello, anunció jornadas de entrenamiento militar en respuesta al “asedio” estadounidense.

El secretario de Estado, Marco Rubio, afirmó durante una visita a México que EE.UU. continuará atacando militarmente a los cárteles de droga. “Lo que los detendrá es hacerlos explotar y deshacerse de ellos”, declaró.

Este despliegue militar marca un nuevo capítulo en las tensiones entre Washington y Caracas, y ha generado preocupación en la región sobre una posible confrontación directa.