El gobernador de Wyoming, Mark Gordon, dio luz verde este viernes a una ley que prohibirá el uso de las píldoras abortivas. La infracción de la norma se considerará un delito penal, castigado con hasta seis meses de cárcel y una multa de unos 8.400 euros. El político republicano también aprobó un proyecto de ley que restringe la mayoría de interrupciones de embarazo en el Estado, salvo en casos de violación, incesto o cuándo la vida de la madre está en riesgo.

A pesar de que hay Estados en Estados Unidos que tienen prohibiciones casi totales al aborto ―y los cuales ya prohíben este tipo de píldoras―, Wyoming ha sido el primero en llevar a cabo una regulación explícita de estos medicamentos.

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La restricción de los medicamentos abortivos de Wyoming —un Estado situado en la región noroeste del país— se produce cuando un juez de Texas espera un fallo preliminar que podría ordenar a la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos que retire su aprobación de la mifepristona, una de las píldoras más usadas para la interrupción del embarazo. Si saliera adelante el fallo, afectaría a los estados de todo el país, incluidos aquellos en los que el aborto es legal, así como en los Estados con prohibiciones y restricciones.

“Como señalé, tengo un sólido historial de protección de la vida de los no nacidos, así como de sus madres (…) Creo que toda vida es sagrada y que todas las personas, incluidos los no nacidos, deben ser tratados con dignidad y compasión”, ha expresado Gordon en una carta defendiendo la medida ante el secretario de Estado de Wyoming, Chuck Gray.

La mifepristona, que fue aprobado por el órgano regulador en el año 2000, ha estado en el centro del debate del aborto en EE UU en las últimas semanas. La cadena de farmacias Walgreens decidió a inicios de marzo que no distribuirá píldoras abortivas en los Estados con gobiernos republicanos o donde los funcionarios de este partido hayan amenazado con demandar si se ofertan los fármacos.

La mifeprostona es usualmente empleada junto con el misoprostol para interrumpir el embarazo antes de finalizar el tercer mes de gestación. Los abortos con este tipo de medicamentos han supuesto el 54% de las interrupciones de embarazos en EE UU en los últimos dos años, según datos del Instituto Guttmacher.

Las luchas legales por el derecho al aborto se han recrudecido en Estados Unidos tras la decisión del Tribunal Supremo del año pasado de anular la histórica sentencia Roe contra Wade, de 1973, que legalizaba el procedimiento. (elespañol)