El tope de precio al petróleo ruso aún no demostró su utilidad
La limitación del precio del petróleo ruso, aprobada hace ocho meses por los países occidentales como parte de las sanciones por la guerra en Ucrania, logró moderar los ingresos petroleros de Moscú, pero todavía no ha demostrado toda su eficacia, según analistas.
«Los ingresos [petroleros] de Rusia son casi un 50% más bajos que hace un año», dijo el martes un alto funcionario de la administración estadounidense.
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Para medir el éxito de esta política, es necesario observar si «los ingresos generales de Rusia sufren o no en comparación con un mercado sin restricciones», añadió.
El mecanismo, que entró en vigor en diciembre de 2022 y fue diseñado por los países del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido), exige que solo se pueda seguir entregando petróleo vendido a un precio igual o inferior a 60 dólares por barril.
Más allá del precio, está prohibido que las empresas con sede en la Unión Europea, los países del G7 y Australia presten servicios que permitan el transporte marítimo (comercio, carga, seguros, armadores, etc.) de petróleo ruso.
La idea es limitar los ingresos petroleros de Rusia, manteniendo al mismo tiempo un incentivo económico suficiente para que el país continúe vendiendo su petróleo a un precio reducido, en lugar de retirar sus barriles del mercado, lo que conduciría a un aumento de los precios.
«El tope de precios del G7 ha conseguido lo que fue diseñado para lograr: limitar los ingresos de Rusia mientras se mantiene el petróleo en el mercado», dice a la AFP Matthew Holland, analista de Energy Aspects.
«Descuentos considerables»
Antes de la guerra, los ingresos petroleros rusos constituían alrededor de un tercio del presupuesto del país, frente al 25% en 2023, dijo el jueves el subsecretario interino de política económica de Estados Unidos, Eric Van Nostrand.
En paralelo, los volúmenes de exportación rusos se han mantenido «sorprendentemente estables», apunta Helge André Martinsen, analista de DNB.
Para alentar a los compradores a no alejarse del petróleo ruso, Moscú está ofreciendo «contratos de entrega de petróleo a largo plazo con descuentos considerables, del orden del 30% por debajo del precio del Brent, a compradores del sudeste asiático e India», agregó el alto funcionario estadounidense el martes.
Desde diciembre, el Brent, la referencia en Europa, se ha mantenido por debajo de los 90 dólares, cuando su equivalente estadounidense, el WTI, no ha superado los 85 dólares por barril.
En ocho meses, el Ural, la variedad de referencia del petróleo ruso, se han negociado casi todo el tiempo por debajo de 60 dólares por barril.
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Ahora el mercado se ha tensado con las decisiones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados, entre ellos Rusia, de recortes voluntarios de producción desde mayo, que podrían llevar al alza los precios.
«Esta podría ser la primera prueba real del límite de precios», dice Helge André Martinsen. «Sabemos que (…) Rusia intentará escapar del límite de precios», advierte por su parte Eric Van Nostrand. (rfi)
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