La Paz, Bolivia – 17 de agosto de 2025
Bolivia vivió este domingo una jornada electoral histórica, marcada por una alta participación ciudadana y un giro político que podría poner fin a dos décadas de gobiernos de izquierda. Los primeros resultados preliminares indican que los candidatos de derecha, Samuel Doria Medina y Jorge “Tuto” Quiroga, encabezan la contienda, mientras que el oficialismo representado por el Movimiento al Socialismo (MAS) aparece rezagado.

El MAS, debilitado y dividido

El partido que gobernó Bolivia desde 2006, primero con Evo Morales y luego con Luis Arce, llega a estas elecciones fragmentado y sin una figura dominante. El candidato oficialista Eduardo del Castillo y el izquierdista disidente Andrónico Rodríguez no lograron captar el respaldo suficiente, quedando muy por detrás en las encuestas y en el conteo preliminar.

Según los sondeos y los primeros datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE), ninguno de los ocho candidatos alcanzaría el umbral necesario para ganar en primera vuelta. Doria Medina y Quiroga, ambos con propuestas de corte liberal y conservador, se perfilan como los principales contendientes para una segunda vuelta prevista para el 19 de octubre.

La jornada transcurrió en relativa calma, con incidentes aislados en regiones como el Chapare, bastión de Evo Morales, donde se promovió el voto nulo como forma de protesta. Sin embargo, el ambiente general fue de expectativa y deseo de renovación. “Esta elección está hecha para que vuelva la derecha”, declaró Morales desde su refugio, mientras enfrenta una orden de captura.

La inflación cercana al 25%, la escasez de dólares y combustibles, y el desgaste del modelo estatista han sido factores clave en el giro del electorado. La mayoría de los votantes, especialmente jóvenes y urbanos, expresaron su deseo de estabilidad y cambio de rumbo económico.

El TSE continuará con el conteo oficial en las próximas horas, y se espera que los resultados definitivos se publiquen en un plazo de hasta 72 horas. Mientras tanto, Bolivia se prepara para lo que podría ser su primera segunda vuelta presidencial en la historia democrática reciente.