Este jueves 19 de enero, las calles de Francia serán el teatro de movilizaciones que contarán “millones” de manifestantes, según los sindicatos, que marchan contra el retraso de la edad de jubilación a 64 años defendido por el Gobierno.

Los ocho principales sindicatos esperan «millones» de huelguistas y manifestantes. «Hace años que no vemos una semejante movilización», dijo a la radio RFI el secretario general de FO, Frédéric Souillot.

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Las protestas pretenden echar por tierra el proyecto oficialista de reforma del sistema de pensiones por repartición.  El gobierno quiere retrasar la jubilación de 62 a 64 años y adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años para cobrar una pensión completa. Estima que la reforma es necesaria para equilibrar la caja de las pensiones, ante un déficit creciente en un contexto de mayor esperanza de vida.

El presidente Emmanuel Macron repite que la reforma de las pensiones estaba en el programa electoral que le permitió su reelección. Aunque una mayoría de franceses apoya un cambio para salvar el sistema, no acuerda sin embargo con la propuesta del gobierno.

Según un sondeo de OpinionWay publicado este martes, un 61% de los encuestados considera «necesaria» una reforma, pero no ésta, y un 58% apoya las protestas.

En primera línea para defender el proyecto, Élisabeth Borne, primera ministra, quien el martes aseguró que se trata de «un proyecto de justicia» y «progreso». Macron seguirá las protestas desde Barcelona, donde estará presente el jueves en una cumbre franco-española.

Jueves negro en el transporte público

El nivel de movilización anunciado es tal que el ministro de Transporte Clément Beaune anticipó a los usuarios que debían prepararse a un “jueves infernal”, invitando a los franceses a trabajar desde casa.

La empresa nacional de ferrocarriles SNCF espera que el tráfico se vea «muy perturbado», con un tren de alta velocidad de cada tres, o incluso uno de cada cinco según las líneas, y apenas un tren suburbano de cada diez de media. El metro de París también se reducirá a lo estrictamente necesario, con tres líneas cerradas, otras diez abiertas «sólo en horas punta» y un «riesgo de saturación» en las tres últimas, según la RATP, que administra el subterráneo.

En cuanto a los cielos, ya que se prevé la cancelación del 20% de los vuelos en el aeropuerto de Orly, donde «cabe esperar retrasos» en las rutas que se mantengan.

Se espera que la huelga tenga también un fuerte impacto en los niños: el 70% de los profesores de primaria estarán en huelga y muchas escuelas cerrarán por completo.

El sector de la energía se anuncia una reducción de la producción de la electricidad y paros en depósitos y refinerías, avivando el temor de una escasez de combustible como en octubre.

Un as en la manga para imponer la reforma

La jornada de acción llega cuatro días antes de que el consejo de ministros apruebe la reforma. Su trámite parlamentario, a partir de fines de enero, irá acompañado de nuevos paros.

Para garantizar su aprobación, el oficialismo, que perdió la mayoría absoluta en junio, multiplicó en las últimas semanas las discusiones con el partido opositor de derecha Los Republicanos (LR), favorable a una reforma.

Sin embargo, el gobierno se guarda un as en la manga. Para evitar la obstrucción parlamentaria, anunciada por la oposición de izquierda, podría recurrir al procedimiento del artículo 47.1 que limita el tiempo del debate a 50 días.

Si las dos cámaras del Parlamento no votan la reforma para el 26 de marzo, el gobierno podría aplicarla mediante una ordenanza, según fuentes parlamentarias, corriendo el riesgo de aumentar la imagen de autoritario de Macron.

El presidente no puede presentarse a un tercer mandato, por lo que puede pretender impulsar una reforma impopular que considera necesaria para salvar el sistema de jubilaciones. Para otros miembros del oficialismo, que ya preparan el después de Macron, la situación es distinta, porque enfrentarán otras elecciones. Tal vez es por este motivo que en las propias filas macronistas piden suavizar el proyecto.

Nobel de Literatura, en contra de la reforma

La premio Nobel Annie Ernaux, la actriz Adèle Haenel, el actor Jean-Pierre Darroussin y el escritor Nicolas Mathieu figuran entre el centenar de artistas e intelectuales que protestan contra la reforma de las pensiones en un artículo de opinión publicado el miércoles por el semanario de izquierda Politis.

Los firmantes expresan su «determinación de luchar contra este proyecto de reforma arcaico y terriblemente inegalitario» en esta tribuna publicada en línea el miércoles, antes de que la revista llegue a los quioscos el jueves, día de huelgas y manifestaciones interprofesionales contra esta medida. (rfi)

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