La Policía Nacional Civil de El Salvador logró frustrar un presunto acto de terrorismo que se planeaba llevar a cabo durante la toma de posesión del presidente Nayib Bukele para su segundo mandato consecutivo.

Según fuentes de la Casa Presidencial, siete dirigentes de veteranos de guerra fueron capturados por planificar atentados con explosivos en diversos puntos del país el día de la investidura el 1 de junio.

Estos presuntos veteranos, pertenecientes a la Brigada de Insurrección Salvadoreña, tenían como objetivo detonar gasolineras, supermercados e instituciones públicas.

Parte de los explosivos fueron encontrados en Guazapa, a 28 kilómetros al norte de la capital.

La Policía decomisó bolsas de sulfato de amonio, hierro y tubos plásticos, materiales que se presume serían utilizados para causar daño en los ataques. Hasta el momento, no se ha informado si los detenidos han sido presentados ante los tribunales para su procesamiento.

La Fiscalía General no ha proporcionado más detalles sobre las detenciones ni ha confirmado si se está llevando a cabo una investigación al respecto.

Ante esta situación, se desplegó un fuerte dispositivo de seguridad en San Salvador durante la toma de posesión, con la presencia de militares, policías y francotiradores ubicados estratégicamente en edificios cercanos al Palacio Nacional, donde se realizó la ceremonia.

El presidente Bukele ha destacado que El Salvador se ha convertido en el país más seguro del hemisferio occidental, atribuyendo la reducción de homicidios en gran medida a medidas como el régimen de excepción implementado por el Gobierno para combatir a las pandillas, el cual implica la suspensión temporal de ciertos derechos.