Gisèle Pelicot de superviviente de violaciones en serie a icono feminista


Las violaciones orquestadas por su marido podrían haberla destruido, pero Gisèle Pelicot decidió enfrentarse a sus agresores en los tribunales con el rostro descubierto, exigiendo que «la vergüenza cambie de bando».

Convirtiéndose en un icono feminista global, su juicio comenzó en septiembre en Aviñón, sur de Francia, contra su exmarido y otros 50 acusados.

Gisèle, una abuela de 72 años, renunció a su anonimato para concienciar sobre la sumisión química, el uso de drogas para cometer agresiones sexuales.

Su declaración de que los agresores, no ella, debían sentir vergüenza resonó profundamente, ganándose el apoyo y el cariño del público francés y más allá.

Manifestaciones y obras de arte en su honor siguieron al juicio, donde ella animó a otras víctimas a sentirse empoderadas.

En octubre, afirmó que quería que las víctimas de violación se dijeran: «Si la señora Pelicot lo hizo, lo podemos hacer», rechazando la vergüenza para las víctimas y reivindicando que la sientan los agresores.

La BBC la reconoció en diciembre como una de las cien personalidades femeninas del año, al lado de figuras como Nadia Murad y Rebeca Andrade. La presidenta del Parlamento chileno, Karol Cariola, destacó su valentía en noviembre, afirmando que la vergüenza debe cambiar de bando.

Gisèle obtuvo el divorcio de Dominique Pelicot en agosto, quien admitió las violaciones documentadas meticulosamente durante casi una década.

Ahora, utilizando su apellido de soltera, ha pedido a los medios que usen el apellido Pelicot, el que han heredado algunos de sus nietos.

 Durante el juicio, expresó su enfado por insinuaciones de complicidad, declarando que «una violación es una violación». Criticó a la sociedad «machista y patriarcal» por su actitud hacia la violación y la inacción de sus agresores. Algunos acusados alegaron participar en una fantasía consensuada, lo que Gisèle calificó de «cobardía».

Nacida en Alemania en 1952, llegó a Francia a los cinco años y sufrió la pérdida de su madre a los nueve. Su vida cambió dramáticamente tras conocer a Dominique Pelicot en 1971, quien más tarde la violaría.

Trabajó en EDF hasta su jubilación, disfrutando luego de paseos y cantar en un coro. Sus preocupantes lapsus de memoria fueron explicados solo cuando su marido fue descubierto filmando bajo las faldas de una mujer en 2020.


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