Guerra por control del Cártel de Sinaloa genera crisis en noroeste de México
Las violentas ejecuciones de varios líderes criminales entre las células que se disputan el control del Cártel de Sinaloa, que enfrenta a las huestes de Ismael «Mayo» Zambada y a las que comandan los hijos del capo Joaquín «el Chapo» Guzmán, ha desatado una guerra por control del ese grupo delincuencial en el noroeste de México.
La cruenta batalla por la región fronteriza entre Sonora y Arizona ha dejado escenas violentas como cuerpos desmembrados abandonados en la vía pública, pánico por balaceras en zonas escolares y las citadas ejecuciones, además de víctimas colaterales, en las ciudades de Hermosillo, Caborca, San Luis Río Colorado, Guaymas, Empalme y Cajeme, todas en el estado de Sonora.
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Debido a esta guerra entre los antiguos socios del también conocido como Cártel del Pacífico, durante la última semana murieron dos niños: uno que jugaba en el patio de su casa en San Luis Río Colorado y otro que fue a la tienda de la esquina en su vecindario en Cajeme, considerado entre los municipios más violentos de Mexico.
Pero además, las balas pérdidas también hirieron a una mujer embarazada en Guaymas y en distintos municipios de Sonora dejaron a más de cuatro menores de edad heridos.
Hasta ahora las autoridades locales se han reservado la información y evitan reconocer la escalada de violencia en Sonora. De hecho, esta semana sin ninguna explicación, no se llevó a cabo la conferencia de prensa que cada jueves organizan la Secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía de Justicia en Sonora.
Pero a pesar de este silencio, las pruebas del enfrentamiento entre los herederos del «Mayo» y de «el Chapo» fueron difundidas por los propios criminales que dejaron tres cuerpos desmembrados a espaldas de un estadio de béisbol en Ciudad Obregón, con mensajes en mantas y a través de videos difundidos en redes sociales.
DURA ESTRATEGIA
De acuerdo con especialistas en seguridad consultados por EFE que prefirieron el anonimato, la información difundida por los propios grupos criminales es una estrategia para provocar que las fuerzas de seguridad actúen en contra de uno u otro bando.
Además, contempla «calentar la plaza», lo que significa enfrentamientos en vía pública, en zonas escolares o sitios concurridos, para generar pánico, aunque haya víctimas colaterales.
Eso ocurrió esta semana en el puerto de Guaymas, donde una mujer herida y una niña de tres años resultaron heridas y se presentó la ejecución de dos presuntos criminales en una zona escolar con tres escuelas.
Hasta el interior de los planteles llegó el sonido de las ráfagas de metralla y los niños tuvieron que resguardarse debajo de sus pupitres mientras la maestra cantaba a todo pulmón para tratar de calmar a los menores.
Debido a su privilegiada situación geográfica, el estado mexicano de Sonora, en el noroeste del país, con 1.200 kilómetros de litorales y 588 kilómetros de frontera con Estados Unidos, hacia Arizona, pero muy cerca de Nuevo México y California, es una de las plazas más cotizadas para el trasiego de droga y de tráfico de migrantes hacia el norte, así como la entrada de dinero y armas hacia México.
Las diferencias entre las células del Cártel de Sinaloa llevan años, desde la última detención de Joaquín Guzmán Loera cuando este declaró que el verdadero líder del grupo criminal era el «Mayo» Zambada, debido a que su hermano Rey Zambada e y su hijo el Vicentillo, fueron testigos en su contra en el llamado juicio del siglo en Nueva York.
Para tratar de mitigar la violencia, el Gobierno de la República ha reforzado los operativos en las zonas en conflicto con más de 600 agentes militares que llegaron a Sonora en las últimas horas, quienes lograron la detención de un convoy con 14 sicarios con rifles de asalto. (infobae)