Irán e Israel se acusan mutuamente de romper el alto el fuego
Jerusalén/Teherán. Apenas unas horas después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara un «alto el fuego total» de doce horas entre Israel e Irán, ambas naciones se acusaron mutuamente este martes de haberlo vulnerado. La tregua, que supuestamente pondría fin a doce días de guerra entre estos archirrivales, se muestra sumamente frágil en un Oriente Medio ya volátil.
Acusaciones Cruzadas y Reacciones Inmediatas
El presidente Trump había declarado la noche del lunes que Irán e Israel habían alcanzado un «ALTO EL FUEGO TOTAL y COMPLETO» que debía entrar en vigor a las 04:00 GMT. Poco después, reiteró en su red social: «¡EL ALTO EL FUEGO YA ESTÁ EN VIGOR! ¡POR FAVOR NO LO VIOLEN!».
Israel fue el primero en aceptar oficialmente la tregua, afirmando haber «eliminado una doble amenaza existencial inmediata: nuclear y balística» de parte de Teherán. Sin embargo, poco después de que Trump hiciera su anuncio, el ministro israelí de Defensa, Israel Katz, denunció la detección de dos misiles iraníes y prometió que su país «responderá con fuerza».
Por su parte, el ejército iraní desmintió el lanzamiento de misiles en «las últimas horas» y, acto seguido, acusó a Israel de haber atacado su territorio después del anuncio de la tregua. El Consejo de Seguridad Nacional de Irán emitió un comunicado en el que habló de «un triunfo que ha forzado al enemigo a arrepentirse, aceptar la derrota y cesar unilateralmente su agresión», pero también advirtió que el país «permanece en alerta, con los dedos en el gatillo, listo para una respuesta decisiva».
En las horas previas al plazo del alto el fuego, ambos países intercambiaron ataques aéreos que causaron cuatro muertos en el sur de Israel y nueve en el norte de Irán. La fragilidad de la situación es palpable.
Reacciones Internacionales Divididas
Ante la incierta tregua, la comunidad internacional ha reaccionado con una mezcla de esperanza y cautela:
- China hizo un llamado a Irán e Israel para que busquen «una solución política a su conflicto».
- Arabia Saudita, Rusia y la Unión Europea (UE) celebraron el anuncio de un alto el fuego, esperando una desescalada.
- Sin embargo, el presidente francés, Emmanuel Macron, alertó que la situación continúa siendo «volátil e inestable» y advirtió del «riesgo al alza» de que Irán enriquezca uranio de forma clandestina.
Ataques Recientes y Llamado a Reanudar Conversaciones Nucleares
Esta frágil tregua se produce después de doce días de intensa hostilidad. Israel lanzó su ofensiva el 13 de junio, alegando que Irán estaba cerca de fabricar una bomba atómica, una ambición que Teherán niega consistentemente.
El domingo, Trump ordenó atacar la planta subterránea de enriquecimiento de uranio iraní en Fordo y otras instalaciones nucleares en Isfahán y Natanz. El Pentágono aseguró que estos bombardeos «devastaron el programa nuclear iraní». No obstante, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) considera imposible evaluar los daños y ha pedido acceso a las instalaciones iraníes, mientras que Teherán afirma haber tomado medidas para continuar su programa nuclear sin interrupciones.
En respuesta al ataque estadounidense, Irán lanzó misiles contra la base militar de Al Udeid en Catar, la más grande de EE. UU. en la región. Los proyectiles fueron interceptados sin dejar víctimas, y Trump calificó el ataque de «muy débil». El primer ministro catarí, Mohamed bin Abdulrahman al Thani, denunció el ataque como un «acto inaceptable», aunque Irán replicó que fue en «legítima defensa» contra EE. UU., no contra Catar.
En este contexto, Catar ha instado a Irán y Estados Unidos a reanudar las conversaciones para poner coto al programa nuclear de Teherán, las cuales quedaron interrumpidas con el inicio del conflicto.
La guerra ha cobrado más de 400 vidas y dejado 3.000 heridos en Irán, la mayoría civiles. Por su parte, el fuego iraní contra Israel ha matado a 28 personas, incluyendo las cuatro de este martes, según las autoridades israelíes. La situación sigue siendo crítica, con la tregua en un constante vaivén entre acusaciones y desmentidos.
