El presidente argentino, Javier Milei, destituyó a la canciller Diana Mondino tras el voto de Argentina en la Asamblea General de la ONU a favor de una resolución que condena las sanciones de Estados Unidos a Cuba. Este hecho marcó una fuerte disonancia con la política exterior que Milei había anunciado al asumir su mandato.

La renuncia de Mondino fue aceptada de inmediato por el presidente, quien designó en su lugar a Gerardo Werthein, un destacado empresario y exlíder del Comité Olímpico Argentino. Werthein, cercano a Milei, ocupaba el cargo de embajador en los Estados Unidos desde abril.

El voto de Argentina en la ONU, junto a 186 países que apoyaron la resolución contra las sanciones, desató la polémica en el seno del gobierno, ya que se esperaba que, bajo la administración de Milei, el país alineara su postura con la de Estados Unidos e Israel, que rechazaron la moción.

Milei ha reiterado en varias ocasiones su rechazo a los gobiernos de izquierda y su alianza con Estados Unidos e Israel. La destitución de Mondino subraya la firme postura de su administración contra regímenes como el cubano, tal como destacó el mandatario en su discurso en la ONU en septiembre, donde criticó la inclusión de Cuba y Venezuela en el Consejo de Derechos Humanos.

Además, el gobierno argentino anunció una auditoría dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores para identificar a diplomáticos que promuevan agendas contrarias a las ideas de libertad, una medida que ha generado tensión entre el personal del Servicio Exterior del país.