Miles de fieles de todo el mundo acudieron este miércoles a la basílica de San Pedro para dar su último adiós al papa Francisco, fallecido el lunes a los 88 años a causa de un ictus, tras meses de complicaciones respiratorias.

El féretro del pontífice fue trasladado en una emotiva y solemne ceremonia desde la capilla de Santa Marta hasta el Altar de la Confesión, en el corazón del Vaticano. La procesión fue acompañada por los ‘sediarios’ pontificios y escoltada por la Guardia Suiza, mientras miles de personas observaban con respeto el traslado del cuerpo.

La ceremonia inició a las 9:00 de la mañana, hora local, con el cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell rociando agua bendita sobre el ataúd y pronunciando un mensaje de despedida: “Con gran conmoción acompañamos los restos de nuestro querido papa Francisco…”. Posteriormente, el cortejo atravesó lugares simbólicos del Vaticano hasta ingresar a San Pedro, donde fue recibido con aplausos y oraciones.

Marea de fieles

A las 11:00 horas, se abrió el acceso al público. Desde entonces, una marea humana ha recorrido lentamente la nave central del templo para ver por última vez al papa. Los peregrinos, muchos protegidos del calor con sombrillas y botellas de agua, apenas tienen unos segundos para detenerse frente al féretro, persignarse o arrodillarse en señal de respeto.

La afluencia ha sido tan masiva que el Vaticano evalúa extender el horario de visita más allá de la medianoche, con la basílica prevista para cerrar este miércoles a las 00:00 y reabrir el jueves a las 7:00 a. m., hasta el viernes a las 19:00 horas.

Seguridad reforzada ante el funeral

Con el funeral programado para el sábado, Roma ha activado un amplio operativo de seguridad. Se espera la asistencia de más de 200.000 fieles y delegaciones de 170 países, incluyendo jefes de Estado y de Gobierno.

Entre los asistentes confirmados se encuentran Donald Trump, Volodímir Zelenski, Emmanuel Macron, el primer ministro británico Keir Starmer, los reyes de España Felipe VI y Letizia, y el príncipe Guillermo de Inglaterra.

Para garantizar el orden y la seguridad, se han desplegado 4.000 policías, se ha establecido una zona de exclusión aérea, y se utilizarán drones de vigilancia en toda el área del Vaticano y sus alrededores.

Este acto de despedida, cargado de simbolismo y recogimiento, marca el inicio de una serie de homenajes que seguirán desarrollándose hasta el sábado, cuando el mundo entero despedirá oficialmente al papa Francisco, el pontífice que marcó una época.