Ortega no ha podido vender Bonos de nicaragua durante 40 subastas en 2024


En los primeros seis meses del año, el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo no ha podido vender ni un solo Bono de la República. Ni un córdoba en cuarenta subastas realizadas entre enero y julio de este año. Cero. A pesar que el Presupuesto General de la República para 2024, prevé la colocación de cien millones de dólares (3662.4 millones de córdobas) en bonos, para apuntalar los ingresos del período.

La colocación de deuda es una de las formas de financiar el gasto público, y se hace por medio de la emisión de bonos o letras (la diferencia habitual es el plazo para redimirlas), por parte del Ministerio de Hacienda o el Banco Central de Nicaragua respaldadas con recursos del presupuesto.

Se requiere encontrar inversionistas o bancos que compren esos bonos (pueden estar denominados en euros para pagarse en euros; en dólares para pagarse en córdobas, y en dólares para pagarse en dólares), para completar los ingresos programados en cada ejercicio anual.

El problema es que en los últimos dos años ha bajado el interés del mercado por la adquisición de esa deuda. El Informe de Coyuntura de mayo 2024, elaborado por la Fundación Sin Límites para el Desarrollo Humano (FSL), muestra que si en 2022 se colocaron 5468 millones de córdobas, la cifra disminuyó a 2766 en 2023, lo que representa una diferencia de 2702 millones, o sea -49.4%.

“La colocación de Bonos de la República ha disminuido desde abril de 2022, lo que podría estar relacionado con la dinámica del crédito bancario”, señala el Informe de la FSL, para detallar a renglón seguido que “este comportamiento posiblemente se asocie a que la banca esté utilizando más activamente sus disponibilidades de liquidez en colocaciones de crédito e inversiones, dejando menos fondos disponibles para adquirir Bonos de la República”.

Eso empeoró en el primer trimestre de 2024, cuando no se pudo colocar ni un solo Bono de la República. Igual que en el primer trimestre de 2019, y muy parecido a lo observado en el primer trimestre de 2020, antes que se conociera del primer caso –y el primer fallecido– de covid-19 en Nicaragua.

Con todo, eso no significa que el presupuesto de ingresos vaya a quedar incompleto. En primer lugar, porque siempre es posible colocar bonos en lo que resta del año (aunque al 10 de julio, el monto total colocado seguía siendo cero después de 40 subastas en córdobas), y en segundo, porque de todos modos, el régimen sigue rompiendo récords en materia de recaudación de impuestos.

¿Recaudación, o extorsión?

Con base en los datos de 2023, el Informe de la FSL señaló el dinamismo (15.7%) con el que crecieron los ingresos del Gobierno Central, en especial los ingresos tributarios, que lo hicieron a un ritmo de 16.2%. “En este periodo, todos los impuestos registran crecimientos significativos, pero con un comportamiento desigual…. Esta recaudación fue en parte producto de las prácticas recaudatorias agresivas y fuera de ley del Gobierno, las cuales se documentan desde 2019”.

El detalle por tipo de tributo muestra que el IVA doméstico y el IR crecieron la mayor parte del año, al igual que los impuestos al comercio exterior, al punto que “las recaudaciones de los principales impuestos crecieron significativamente cada mes (con respecto a la recaudación del mismo mes del año previo)”, señala el Informe de Coyuntura.

Los datos recabados apuntan a que el IVA doméstico creció 27.5% en 2023, luego de crecer 10.6% en 2022. A la vez, se desaceleraba el crecimiento del IR, que pasó de 24.4% en 2022, a 15.7% en 2023, mientras que los impuestos al comercio exterior volvieron a registrar crecimientos notables, aunque levemente inferiores a su desempeño en 2022.

En el otro plato de la balanza, destaca que los gastos totales del Gobierno Central crecieron 7.5% en 2023, lo que se explica por un aumento de 7.3% en el gasto corriente (sueldos y salarios, pago de servicios básicos, papelería, combustibles, etc.), y 8.1% en el gasto de capital, que es el que financia los proyectos e inversiones.

Los analistas de la FSL aseveran que la razón de ser de esa política de control de gastos y “recaudación agresiva de ingresos”, principalmente impuestos, “se ha mantenido e intensificado desde 2021. El Gobierno ha puesto especial énfasis en conseguir superávits financieros, especialmente en los últimos tres años”, estrategia que sigue en vigor en 2024.

Su sospecha es que esa estrategia busca blindar las finanzas del régimen tanto como sea posible, al ver cómo se reduce el financiamiento externo de entidades multilaterales como el BID y el Banco Mundial, y crece la incertidumbre sobre la oferta de fondos por parte del BCIE después del cambio de presidencia, o lo que en realidad vaya a aportarles China, con quien se han firmado diversos acuerdos, sin que haya todavía desembolsos de fondos.

“El Gobierno podría estar apuntando a sustituir financiamiento externo con sus propios ahorros, que se han acumulado progresivamente. Aunque no es una política segura de tener éxito, es alta la probabilidad de que a corto plazo le permita al Gobierno sobrevivir adecuadamente”, dice el citado Informe.

Deuda externa se acerca a 10.3 millardos de dólares

En el sector externo, el Informe de FSL destaca que si bien el monto de la deuda pública creció 6.5% en términos absolutos (pasó de 9481 millones de córdobas en 2022, a 10 097 millones en 2023), también se redujo si se le mide como porcentaje del PIB al pasar de 60.5% al cierre de 2022, a 56.6% en 2023.

Al cierre del primer trimestre de 2024, el monto rozó los 10 287 millones de dólares, según datos publicados por el economista Enrique Sáenz, con base en datos oficiales del Gobierno, lo que complementa la información ofrecida por la Fundación Sin Límites, centro de pensamiento constituido en 2022 en Costa Rica, por investigadores nicaragüenses de amplia trayectoria en espacios de la sociedad civil.

El descenso en términos relativos se explica por el crecimiento del PIB, en conjunto con la reducción del financiamiento externo e interno del Gobierno, lo que limita la capacidad de crecimiento del monto total de deuda pública.

Precisamente el financiamiento externo neto al Gobierno Central cae de forma significativa, tanto por menores desembolsos, como por una mayor amortización, dado el encarecimiento del financiamiento externo. Los datos muestran que los desembolsos al Gobierno Central se redujeron en 13.9%.

“Es preocupante el aumento en la amortización, la cual creció 33.5%. Los préstamos provenientes del BCIE, que han ayudado a sustituir la reducción de fondos del BID y Banco Mundial (como resultado de las sanciones internacionales), son más caros y con períodos de pago menos favorables, reflejándose en dicha amortización”, concluye el Informe de Coyuntura de la Fundación.(confidencial.digital)


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