Las autoridades de Japón han tomado la decisión de prohibir a los turistas el acceso a las callejuelas privadas del famoso barrio de las geishas de Kioto, según informó un funcionario de la ciudad.

Esta medida surge como respuesta a las quejas de los habitantes de la antigua capital imperial nipona, quienes han expresado su preocupación por el comportamiento de algunos turistas, especialmente en el barrio de Gion, donde se encuentran las casas de té donde trabajan las «geiko», conocidas localmente como geishas, y sus jóvenes aprendices, las «maiko».

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El consejo local de Gion había solicitado a la ciudad de Kioto que tomara medidas contra ciertos comportamientos inapropiados, como el acoso a las geishas, afirmando que «Gion no es un parque de atracciones».

A partir de abril, el consejo de distrito de Gion pedirá a los turistas que eviten transitar por las calles privadas, y se colocarán carteles para advertir a los visitantes. La calle principal de Gion, Hanamikoji, que es pública, seguirá abierta a los turistas.

Se ha manifestado que algunos grupos de turistas se comportan de manera inapropiada, llegando a actuar «como paparazzi» al perseguir a las geishas por las estrechas callejuelas. Además, se han reportado incidentes como el rasgado del kimono de una maiko por parte de turistas, así como el arrojo de cigarrillos sobre el vestido de una de ellas.

Es importante destacar que las geishas no son prostitutas, sino artistas del entretenimiento que ofrecen bailes japoneses, actuaciones musicales y juegos para sus clientes. A pesar de la reapertura de las fronteras de Japón tras la pandemia, se ha registrado un importante flujo de visitantes extranjeros, lo que ha generado preocupación en torno al comportamiento de algunos turistas.

Además, se ha anunciado que durante este verano, los senderistas que deseen ascender al monte Fuji por el itinerario más popular deberán pagar una entrada de 13 dólares, y se limitará la afluencia de personas por razones de seguridad.