El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil inició este miércoles los primeros juicios contra simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro acusados de estar involucrados en la invasión y destrucción de las sedes de los tres poderes públicos en Brasilia el 8 de enero.

Cuatro hombres, de entre 24 y 52 años, son los primeros en pasar por el banquillo de la corte en Brasilia, en una sesión extraordinaria que empezó poco después de las 10H00 locales (13H00 GMT).

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El 8 de enero, una semana después de la investidura del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, miles de bolsonaristas invadieron y saquearon los edificios de la Presidencia, el Congreso y el STF, disconformes con la derrota ajustada del ultraderechista en las presidenciales de octubre.

La fiscalía presentó «232 denuncias por los delitos más graves, de las cuales cuatro empezaremos a juzgar hoy», afirmó el juez relator del caso, Alexandre de Moraes, al inicio de la sesión.

Los cuatro imputados -tres de ellos presos y uno en libertad- responderán a los delitos de asociación criminal armada, abolición violenta del Estado democrático de Derecho, golpe de Estado y daño calificado, entre los principales cargos pedidos por la Procuraduría General de la República (PGR).

Cada uno enfrentará un juicio individual, que comenzará con la lectura de un informe por parte de Moraes. Luego, la acusación, representada por la PGR, y más tarde la defensa de cada imputado tendrán una hora para presentar argumentos y pruebas.

Sumadas, las penas podrían alcanzar los 30 años de prisión. Esta semana el STF podría concretar su primera sentencia, en caso de que los once jueces emitan sus votos.

Además de las 232 denuncias ya presentadas por los delitos más graves, la PGR analiza poco más de mil casos por la asonada que podrían ser beneficiados con acuerdos de «no persecución penal», quedando libres de cargos de esa índole a cambio del cumplimiento de multas y contribuciones sociales.

Los episodios del 8 de enero, considerados una amenaza a la democracia brasileña, desataron una amplia investigación por la que hubo centenares de detenidos.

Bolsonaro, declarado recientemente inelegible por ocho años por haber desinformado sobre el sistema electoral, es investigado por su presunto papel como instigador de la asonada.

El expresidente, quien se encontraba en Estados Unidos en el momento de los ataques, ha negado cualquier responsabilidad.

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Previamente al 8 de enero, miles de sus simpatizantes convencidos de que el ultraderechista había sido víctima de fraude electoral promovieron cortes de carreteras y manifestaciones frente a cuarteles militares, pidiendo una intervención militar. (rfi)

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