Secretario personal de Benedicto XVI, ajusta cuentas con Francisco


Los más de 150.000 fieles que han pasado por la capilla ardiente de Benedicto XVI instalada en la basílica de San Pedro del Vaticano se han encontrado con una presencia casi perenne a su lado, la del arzobispo Georg Gänswein, su histórico secretario personal.

Acompañado por las Memores Domini, las cuatro laicas consagradas del movimiento Comunión y Liberación encargadas de cuidar al Papa emérito estos últimos años, Gänswein recibe sin descanso el pésame de los mandatarios, eclesiásticos y feligreses que acuden a dar un último saludo a Joseph Ratzinger, fallecido el sábado a los 95 años.

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La figura de este monseñor apodado en los corrillos vaticanos ‘il bello Georg’ -incluso le comparaban con George Clooney- fue durante los primeros años tras la elección de Francisco el anillo de unión con el pontificado de su antecesor por su responsabilidad como prefecto de la Casa Pontificia. Aunque oficialmente sigue en el cargo, el Papa argentino le dio en enero de 2020 un permiso laboral indefinido, de manera que dejó de ser su sombra en las audiencias generales y otros encuentros. Aquella decisión fue un castigo en toda regla después de que Gänswein se viera envuelto en la publicación de un polémico libro sobre el celibato sacerdotal, en cuya elaboración participó Benedicto XVI y que fue visto como una intromisión en el pontificado de su sucesor.

Con el cuerpo del Papa emérito todavía presente, ya que no será sepultado hasta hoy una vez concluido el funeral presidido por Francisco en la plaza de San Pedro del Vaticano, Gänswein ha comenzado a ajustar cuentas con el Pontífice argentino. En una reciente entrevista con el semanario católico alemán ‘Die Tagespost’, el hombre más cercano a Ratzinger en las últimas dos décadas critica a Bergoglio por haber puesto límites en 2021 a la celebración de misas en latín con el rito previo al Concilio Vaticano II. Le enmendaba así la plana a Benedicto XVI, que había abierto la mano en 2007 en un intento de seducir a los sectores más conservadores de la Iglesia. Este recorte último de Francisco le provocó un «dolor en el corazón» a su sucesor, marcando además una «ruptura» entre ambos pontificados.

Al bombazo que ha supuesto la entrevista se une la expectación que ha generado lo que pueda añadir Gänswein en el libro de memorias sobre su relación con el recién fallecido Pontífice, titulado ‘Nient’altro che la verità’ (Nada más que la verdad) y que se publicará en italiano la semana que viene. Según el texto promocional de la editorial, contará «su verdad» frente a las «siniestras calumnias y a las oscuras maniobras» que habrían tratado de enfangar el magisterio de Benedicto XVI, «demasiado a menudo calificado injustamente por los críticos como el ‘panzerkardinal’ o el ‘Rottweiler de Dios».

Choque entre dos sectores

El ajuste de cuentas en el que se ha embarcado Gänswein es una manifestación del larvado choque que se vive dentro de la Iglesia católica entre el sector aperturista y el conservador, con la misa en latín como uno de los más abiertos campos de batalla. Según Gänswein, este ritual ha supuesto durante siglos «una fuente de vida espiritual» para muchos santos, por lo que resulta «imposible imaginar» que ya no tenga «nada que ofrecer».

Cardenales afines a Francisco como Arthur Roche, máximo responsable del ‘ministerio’ vaticano encargado de la liturgia, consideran en cambio que estos ritos previos al Concilio Vaticano II se han utilizado como «motivo de división» al ser «instrumentalizados por visiones ideológicas» por parte del sector más conservador.

La toma de posición pública de Gänswein en este asunto contrasta con el mutuo respeto que siempre se mostraron Francisco y Benedicto XVI durante los cerca de 10 años transcurridos con el alemán como Papa emérito. En la audiencia general que presidió ayer en el Aula Pablo VI del Vaticano, Bergoglio volvió a recordarlo con cariño calificándolo de «maestro de la catequesis» y aplaudiendo su «pensamiento agudo y educado», que era «eclesial» y no «autorreferencial». (heraldo.es)


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