*** Fustiga reconocimiento de Palestina como estado

Nueva York, 23 de septiembre de 2025 — En su esperado regreso al estrado de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, protagonizó este martes un discurso cargado de reproches, exigencias y sarcasmo, en el marco de la 80ª sesión del organismo multilateral.

Desde el podio, Trump exigió a los países europeos que “cesen inmediatamente” la compra de petróleo ruso, acusando que esta práctica “financia directamente la maquinaria bélica de Moscú” en Ucrania.

En una línea aún más provocadora, señaló a China e India como los “principales financiadores” de la guerra, por su continuo comercio energético con Rusia.

Sobre el reconocimiento de Palestina como Estado por parte de un grupo de aliados de Washington dijo que es una «recompensa» para el grupo armado Hamás por «atrocidades horribles».

«Esto sería una recompensa por las horribles atrocidades de (Hamás), incluyendo las del 7 de octubre, mientras se niegan a liberar a los rehenes o aceptar un alto el fuego», declaró Trump en un discurso ante la Asamblea General de la ONU.

El mandatario también arremetió contra la propia ONU, a la que acusó de “no estar a la altura de su misión” y de haberle fallado en las negociaciones para resolver “siete conflictos” internacionales. “La ONU tiene un potencial tan tremendo. Siempre lo he dicho. Pero ni siquiera se acerca a la altura de ello”, afirmó, visiblemente molesto por fallas técnicas en el teleprónter y problemas logísticos al ingresar al edificio, incluyendo una escalera mecánica averiada.

Con tono irónico, Trump se burló de la organización: “Todo lo que recibí de las Naciones Unidas fue una escalera que se rompe a mitad de camino”, dijo, cuestionando el papel del organismo en la resolución de crisis globales. “¿Cuál es el sentido de las Naciones Unidas si no ayudan en las negociaciones de paz?”, lanzó ante los representantes de más de 140 países.

El discurso se enmarca en una jornada marcada por protestas en las calles de Manhattan y por la expectativa internacional ante la postura de Washington sobre los conflictos en Gaza, Ucrania y el reconocimiento de Palestina. Trump, fiel a su doctrina de “América primero”, reafirmó su visión crítica hacia las “organizaciones globalistas” y defendió una política exterior más directa y bilateral.