El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, concedió indultos “totales, completos e incondicionales” a más de 70 aliados políticos vinculados con los esfuerzos por anular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020, en las que fue derrotado por el demócrata Joe Biden.

Entre los beneficiados figuran el exalcalde de Nueva York y abogado personal de Trump, Rudy Giuliani; la abogada Sidney Powell; el exjefe de gabinete Mark Meadows; el jurista John Eastman; y el asesor Boris Epshteyn. Todos ellos participaron en estrategias legales y comunicacionales para desacreditar el proceso electoral, alegando sin pruebas un supuesto fraude.

Según explicó Ed Martin, abogado de la Casa Blanca, el perdón presidencial no tiene efecto inmediato ni interfiere en los procesos judiciales estatales en curso, pero podría blindar a los indultados ante futuras acusaciones federales en otras administraciones.

Ninguno de los beneficiados ha sido condenado ni formalmente acusado a nivel federal, lo que convierte el indulto en una medida preventiva y simbólica, con fuerte carga política.

Las denuncias de fraude electoral promovidas por Trump y sus aliados alimentaron el clima de tensión que derivó en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, cuando una turba intentó impedir la certificación de la victoria de Biden. Varios de los indultados fueron señalados como instigadores o estrategas detrás de ese intento de subversión institucional.

Trump justificó los indultos como una forma de proteger a quienes “intentaron sacar a la luz el fraude electoral” y “defendieron la integridad del voto estadounidense”, aunque múltiples cortes y organismos independientes descartaron irregularidades significativas en el proceso de 2020.