El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha escalado su enfrentamiento con los medios de comunicación a un nuevo nivel, combinando demandas multimillonarias y amenazas regulatorias en un contexto económico difícil para la prensa.

Desde hace tiempo, Trump mantiene una relación antagónica con los principales medios, a los que ha calificado como el «enemigo del pueblo». Sin embargo, su retórica se ha intensificado en su regreso a la Casa Blanca, con medidas como la cancelación de suscripciones a medios de agencias gubernamentales y ataques directos contra organizaciones periodísticas.

Uno de los blancos recientes ha sido el medio digital Politico, luego de que en redes sociales circularan capturas de pantalla que supuestamente mostraban que USAID había canalizado más de ocho millones de dólares a la empresa. Aunque los registros públicos indicaron que la cantidad real era menor y correspondía a suscripciones legales, Trump acusó a los medios de recibir «sobornos» para favorecer a los demócratas. Politico desmintió las afirmaciones y defendió la transparencia de sus ingresos.

Presión regulatoria y expulsión de medios del Pentágono

En un giro más agresivo, el gobierno de Trump ordenó la expulsión de ocho medios de comunicación, entre ellos The New York Times, CNN y NPR, de sus oficinas en el Pentágono, justificando la medida como un esfuerzo por dar espacio a medios conservadores como Breitbart y el New York Post.

Además, Brendan Carr, nuevo jefe de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), abrió una investigación sobre la radio pública NPR y la televisión PBS, lo que analistas ven como un intento de desmantelar el financiamiento federal a medios públicos.

Demandas y acuerdos millonarios

En el frente legal, Trump ha iniciado o presionado por múltiples demandas contra medios. ABC News acordó pagar 15 millones de dólares para resolver una querella en la que Trump alegaba difamación por parte del presentador George Stephanopoulos. Mientras tanto, CBS News enfrenta una investigación de la FCC y una demanda de 10.000 millones de dólares por parte del expresidente, quien la acusa de manipular una entrevista con Kamala Harris en 2024.

El endurecimiento de la postura de Trump contra los medios ha generado preocupación entre analistas y expertos en libertad de prensa, quienes advierten que estas acciones buscan debilitar a la prensa en un momento de dificultades económicas para el sector.