Trump nombra a Keith Kellogg para resolver la guerra en Ucrania
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles el nombramiento del teniente general retirado Keith Kellogg como enviado especial para Ucrania y Rusia, con la misión de buscar una solución al conflicto iniciado tras la invasión rusa en 2022.
Kellogg, de 80 años, fue jefe de gabinete del Consejo de Seguridad Nacional durante la primera administración de Trump (2017-2021) y recientemente diseñó un plan que condiciona el envío de armamento estadounidense a Ucrania a que ese país acepte negociar la paz con Rusia.
En un comunicado, Trump destacó la experiencia de Kellogg, describiéndolo como un profesional con una «distinguida carrera militar y empresarial» y reafirmó su confianza en él para liderar esta misión. «¡Estuvo conmigo desde el principio! Juntos lograremos la paz a través de la fuerza y haremos que Estados Unidos y el mundo vuelvan a estar seguros», declaró el mandatario electo.
Un cambio en la estrategia estadounidense
El puesto de enviado especial para Ucrania y Rusia no existió en la administración de Joe Biden, quien optó por liderar el apoyo internacional a Ucrania mediante el suministro de armas y asistencia financiera. Trump, en contraste, ha prometido alcanzar un acuerdo de paz en 24 horas, aunque no ha detallado cómo lograrlo.
El plan de Kellogg, titulado «Estados Unidos primero, Rusia y Ucrania después», fue elaborado junto con el exasesor de Seguridad Nacional Fred Fleitz y publicado en abril por el America First Policy Institute. Según el documento, la guerra se encuentra en un «punto muerto» y la futura ayuda militar de Washington debería depender de la disposición de Ucrania a negociar con Rusia.
Preocupaciones en Ucrania
El plan de Kellogg ha generado inquietud en Kiev, ya que podría consolidar las actuales líneas del frente como fronteras de facto, legitimando la anexión rusa de territorios ocupados. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se ha mostrado reacio a cualquier acuerdo que implique la pérdida de soberanía.
Trump asumirá la presidencia el 20 de enero de 2025 y enfrentará el desafío de implementar esta estrategia, que representa un giro significativo en la política estadounidense hacia el conflicto.