Viaje a las entrañas: cárceles de Ecuador, sin autoridad


*** El Universal México/ Corresponsal: José Meléndez

“Porcelanas” o “aceitunos”, “tíos”, “bandas del combo”, “zetas” o “zanahorias”, “polillas” o “chiros” …un organigrama de un feroz régimen de mando y obediencia impuesto por los presos desnudó las tinieblas criminales en la operación de las cárceles de Ecuador, tomadas por pandillas aliadas a los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) en un pacto de complicidad con autoridades ecuatorianas corruptas.

La situación carcelaria ecuatoriana exhibió apenas una parte de la profunda crisis de inseguridad en la que Ecuador se hundió en un proceso progresivo en el siglo XXI y que en 2023 mostró los más complicados escenarios políticos e institucionales.

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“Hay una pérdida de control de las cárceles”, afirmó el general ecuatoriano en retiro Luis Altamirano, excomandante general de las Fuerzas Armadas de Ecuador y profesor universitario.

“Más allá del hacinamiento de siempre, el control del sistema carcelario no existe. Ha existido exclusivamente una mirada de fuerza sobre esos espacios y se carece de una mirada técnica que contemple el proceso de rehabilitación y de reinserción. No existe ese proceso”, dijo Altamirano a EL UNIVERSAL.

A consulta de este diario, el general ecuatoriano en retiro Mauro Vargas, exdirector general de Inteligencia de la Policía Nacional de Ecuador, narró que en esa nación “vemos un canibalismo político: todo el mundo quiere poder. Y en las cárceles también hay una pelea de poderes”.

“Para luchar contra el crimen organizado y frenarlo se necesita un país compacto. En las cárceles un grupo nunca se va a alinear y siempre se divide y el siguiente grupo, por más amigos que sean, luego de un tiempo… comienza la pelea por poder y dominio del dinero”, subrayó.

“Había un cierto manejo (de las cárceles) por los gobiernos anteriores, pero dejaron crecer y potenciarse al ciento por ciento a las mafias de las cárceles por el narcotráfico. El problema del narcotráfico es la semilla y es el combustible de la problemática de la violencia”, puntualizó.

“Cárcel es igual a un poder aupado (enaltecido) siempre por la droga, con vinculaciones políticas”, planteó.

Con datos oficiales al 21 de julio de 2023, el reporte World Prison Brief, del (no estatal) Instituto para la Investigación de Políticas de Crimen y Justicia, de Londres, reveló que Ecuador registró 31 mil 245 reclusos—5.6% mujeres—en 52 sitios con capacidad para 27 mil 560.

La ocupación alcanzó 113.4%, en una tasa de 170 por cada 100 mil personas de un país con unos 18 millones 340 mil habitantes y 33.9% de encarcelamiento preventivo, informó. La población penitenciaria de Ecuador subió de 8 mil 29 en 2000 a 11 mil 800 en 2010 y a 26 mil 421 en 2016, precisó.

Los conflictos resurgieron el martes anterior con la retención de 72 custodios en dos cárceles por parte de los reos, que ayer liberaron a 44.

El presidente de Ecuador, el centroderechista Guillermo Lasso, ordenó esta semana una intervención militar y policial en las prisiones. Al recordar anteayer que es el sexto operativo similar desde que asumió en mayo de 2ó21, tuiteó que instruyó “sacar armas, municiones y explosivos de los centros penitenciarios y evitar hechos violentos”.

Al aducir que, por esas medidas, las redes criminales reaccionaron “violentas” para “amedrentar al Estado”, garantizó que “estamos firmes y no vamos a retroceder” en “pacificar las cárceles”.

El deterioro en los centros de reclusión evidenció otra alarma de una creciente inseguridad en Ecuador en el siglo XXI, con la mayor infiltración criminal de su historia y un imparable e incontrolable desgaste por más de 13 años que llegó esta semana al estallido de coches—bomba (solo daños materiales).

Los cárteles Sinaloa y CJNG, los más fuertes de México, prolongaron sus operaciones de Colombia, principal productor mundial de cocaína, a Ecuador y transformaron sus puertos y otros puntos ecuatorianos en bases de tráfico de cocaína colombiana por mar, tierra y aire a Centroamérica, México, Estados Unidos, Europa, Asia, África y Oceanía.

Desde sitios ecuatorianos también exportan cocaína producida en Perú, segundo productor mundial de ese estupefaciente.

Los clanes

El general Altamirano compartió con este periódico un estudio universitario en el que participó acerca de la situación en los penales. “Los pabellones de las cárceles están controlados por ciertas cabezas y hay una clasificación que es casi un sistema de castas”, relató.

Fuentes policiales y militares de Ecuador confirmaron a este periódico que las más importantes organizaciones locales o contrapartes de los dos cárteles mexicanos son “Los Tiguerones” y “Los Lobos”, con CJNG, y “Los Choneros”, con Sinaloa.

Las tres pandillas rivales extendieron a los presidios sus mortales y sangrientas luchas por mantener su predominio, en un reflejo de las pugnas que intensificaron en las calles ecuatorianas.

La investigación descubrió el escalafón que hay en las prisiones de Ecuador:

++ En la parte más baja están los “polillas” o “chiros”, que son personas sin familia y sin acceso a ningún recurso económico externo. Tienen alta dependencia de las drogas y hacen los servicios más bajos en una cárcel, desde limpiar baños y otros sitios o lavar ropa hasta cumplir servicios sexuales y cometer asesinatos.

Ni siquiera viven en una celda y duermen en los pasillos. Son del 4% al 8% de la población.

++ El siguiente rango es el de “zetas” o “zanahorias”, que se alejan de las luchas de poder y viven con presión y miedo. Asisten a cultos religiosos, buscan programas de capacitación, viven en zozobra y tratan de alejarse de los ámbitos peligrosos. Son el 15%.

++ Después está el bloque mayoritario, cerca del 75%: “bandas de los combos”. Son los más sanguinarios, porque reciben el dinero de niveles superiores y administran los bienes, como armas, teléfonos celulares, alimentos, control de espacios y sistemas extorsivos.

++ Por encima están los “tíos”. Como son varias “bandas de combos” en la distribución del poder para que el mando superior lo preserve, a los “tíos” se otorgan los privilegios de acceder a parte del negocio ilícito en las cárceles y del que proviene del crimen organizado de afuera.

Los “tíos” ordenan los asesinatos en las cárceles, aunque sin ser los autores porque las matanzas y otros hechos de sangre los realizan “polillas” o “chiros”.

++ En el nivel superior están “porcelanas” o “aceitunos”, intocables y vinculados al narcotráfico. Tienen mayor capacidad intelectual y con estudios universitarios que algunos obtuvieron estando encarcelados para beneficiarse de reducción de penas.

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Son los que financian a las “bandas de los combos” para administrar el centro carcelario y cobrar por semana, si el reo es de una clase social pudiente, 300 dólares al mes por dormir en una litera o cama en una celda con otros seis hombres y no en unos trillos exteriores o 20 dólares a la semana por alimentos.


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