Voto de castigo disminuirá en Latinoamérica en 2024
Las seis elecciones presidenciales que se llevarán a cabo en América Latina durante este año muestran una desaceleración del voto de castigo experimentado por gobernantes y partidos oficialistas en la región en los últimos cuatro años, según proyectan los sondeos demoscópicos y opinan los expertos.
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En los próximos doce meses se celebrarán comicios presidenciales en los siguientes países:
El Salvador (febrero)
Panamá (mayo)
México (junio)
República Dominicana (julio)
Uruguay (primera vuelta en octubre y segunda vuelta en noviembre)
Venezuela (diciembre)
Venezuela es el único de los seis países donde las presidenciales no estarán acompañadas de elecciones legislativas.
Este súper ciclo electoral iniciado en 2021 abarca a los diecisiete países de América Latina, excepto Bolivia, donde han tenido o tendrán lugar elecciones presidenciales, legislativas, regionales y locales para renovar las autoridades políticas.
Contexto político y económico
Estas elecciones se desarrollan en un momento de especial complejidad política y económica debido a las secuelas dejadas por la pandemia del coronavirus, la recesión y la erosión de la confianza en la democracia, derivadas del desgaste de las instituciones y el creciente descontento ciudadano.
Tendencias electorales
Se ha observado que los ciudadanos se decantan por opciones que representan una alternativa al partido en el poder, como sucedió en Guatemala con el triunfo del candidato del Movimiento Semilla, el socialdemócrata Bernardo Arévalo.
De las últimas diecinueve elecciones, en dieciocho perdió el partido que estaba en el Gobierno, salvo el caso de Paraguay y la situación en Nicaragua.
La reacción pendular del electorado latinoamericano no necesariamente tiene que ver con giros ideológicos, sino más bien con el voto de castigo al Gobierno de turno.
Proyecciones para el futuro
Se prevé una disminución del voto de castigo para 2024, con una región más diversa y heterogénea, sin una tendencia marcada hacia un extremo ideológico, sino con una mayor diversidad de Gobiernos.
En resumen, las elecciones presidenciales en América Latina este año reflejan una tendencia de voto de castigo al partido en el poder, con proyecciones de cambio para el futuro cercano. Los expertos coinciden en que la región experimentará una diversidad política más amplia en los próximos años.