La consejera del Consejo Nacional Electoral (CNE), Cossette López, expuso este lunes la difícil situación que enfrenta el organismo tras los retrasos en la reanudación de la divulgación de resultados electorales, señalando fallas técnicas, presiones políticas y bloqueos internos encabezados por el despacho del consejero Marlon Ochoa. Pese a ello, López aseguró que no existen causales de nulidad en la elección presidencial.

“Nuestro sistema no es electrónico; si falla lo técnico, la elección no se cae”, afirmó, al explicar que la noche anterior se ordenó un reinicio completo del sistema, que requirió “triple sellado” y licenciamiento de los dispositivos del centro de cómputo. Ese proceso tomó horas y fue finalizado a medianoche, cuando comenzó la carga de actas pendientes.

López indicó que el retraso es consecuencia de problemas advertidos desde julio y una falta de acuerdos en el pleno. Detalló que solo ella y la consejera Ana Paola Hall han apoyado resoluciones técnicas, mientras reciben señalamientos y amenazas “más allá de lo razonable”.

La funcionaria fue contundente al denunciar que grupos del despacho de Marlon Ochoa mantienen “brazos caídos”, impidiendo tareas clave dentro del CNE. Aun así, subrayó que el resto del personal continúa trabajando y que no existe paralización institucional.

También alertó sobre intentos de recopilar información para alimentar discursos de nulidad electoral, pese a que —según dijo— la elección se desarrolló “en paz y tranquilidad” y cuenta con respaldo físico de todas las actas.

López remarcó que el CNE puede avanzar con la declaratoria de resultados incluso “con papel y lápiz”, si fuera necesario, mientras se retoma el escrutinio especial y se corrigen las deficiencias técnicas.

Finalmente, advirtió que, aunque el ambiente interno es tenso, la institución seguirá adelante:
“Esta es una batalla, pero no permitiremos más retrasos. Estamos comprometidos con darle al país la declaratoria que merece”.