El informe 2025 de la Organización Mundial de Aduanas (OMA) reveló que las cadenas de suministro marítimas se han convertido en uno de los principales escenarios de operación del crimen organizado, con un creciente uso de trabajadores infiltrados para facilitar el tráfico de drogas.

Entre 2023 y 2024 se decomisaron 1,347 toneladas de estupefacientes en contenedores y embarcaciones de carga, la mayoría cocaína, según el organismo internacional.

El rol de los “conspiradores internos”

La OMA advierte que las mafias ya no dependen únicamente de la violencia. Su principal estrategia consiste en reclutar a trabajadores portuarios y logísticos —mediante corrupción o amenazas— para introducir cargamentos ilícitos en la cadena de comercio legítimo.

Honduras bajo la lupa

El documento menciona un caso en Honduras: un contenedor proveniente del país fue interceptado en el extranjero con cocaína oculta bajo el piso, en una modalidad denominada “ocultación en suelos”. Esta técnica requiere maquinaria especializada, tiempo y complicidad interna.

Aunque el hallazgo resulta mínimo frente a las decenas de toneladas incautadas en Ecuador y Colombia, el informe lo subraya como un indicador de que los grupos criminales exploran todos los puertos de Centroamérica para diversificar sus rutas.

El mapa regional del narcotráfico marítimo

Según el reporte, solo entre 2023 y 2024 se detectaron 92 cargamentos con cocaína escondida bajo suelos de contenedores, equivalentes a 31 toneladas.

60 % provenía de Ecuador.

El resto se originó en Colombia, Panamá, Costa Rica, República Dominicana, Surinam y Honduras.

La dispersión de casos confirma que las mafias usan puertos alternativos menos vigilados para evadir controles en nodos tradicionales como Guayaquil o Cartagena.

Advertencia para Honduras

Para la OMA, la mención de Honduras es un llamado de atención. El uso de un contenedor hondureño muestra que las redes criminales tienen la capacidad de penetrar incluso en terminales portuarias más pequeñas, donde los recursos de seguridad suelen ser limitados.

El concepto de “conspirador interno” enciende las alarmas en el país, al evidenciar la vulnerabilidad del personal portuario frente a las mafias internacionales.