El Gobierno de Estados Unidos instó este jueves a Honduras a reconsiderar su decisión de cancelar el tratado bilateral de extradición, destacando la importancia de este acuerdo en la cooperación contra el crimen transnacional.

Un portavoz del Departamento de Estado subrayó que el tratado sigue en vigor y enfatizó que su terminación podría obstaculizar los esfuerzos conjuntos en la lucha contra el narcotráfico.

“La extradición es una herramienta crucial para la aplicación de la ley que ha beneficiado a ambos países. Pedimos encarecidamente al Gobierno de Honduras que reevalúe esta decisión,” manifestó el portavoz a EFE. Según el Departamento de Estado, la suspensión del tratado perjudicaría los esfuerzos para llevar a los criminales ante la justicia, afectando la colaboración entre ambos países en temas de seguridad.

La decisión de Honduras de poner fin al tratado fue comunicada el miércoles a la Embajada de EE.UU. en Tegucigalpa, poco después de que la embajadora Laura Dogu expresara preocupaciones por una reciente reunión de autoridades hondureñas con el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, quien está bajo sanciones estadounidenses.

El portavoz estadounidense agregó que la naturaleza transnacional de muchos delitos exige una estrecha cooperación entre países como Honduras y Estados Unidos para asegurar que los delincuentes sean juzgados, sin importar dónde intenten esconderse.

“Estados Unidos sigue comprometido con la colaboración para combatir el narcotráfico y asegurar que los criminales enfrenten la justicia,” afirmó el representante.

Por su parte, el canciller hondureño, Eduardo Enrique Reina, justificó la revocación del tratado alegando temores de que este pudiera ser usado como un “arma política” contra funcionarios y militares de alto rango por motivos políticos. La presidenta hondureña, Xiomara Castro, respaldó esta postura, afirmando que su gobierno no permitirá que el tratado sea utilizado para “intimidar o chantajear” a las Fuerzas Armadas del país.