El FIDA se compromete a transformar la vida de al menos 70 millones de pequeños productores
Roma/Washington, 14 de octubre de 2025. El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) se comprometió hoy a llegar a al menos 70 millones de pequeños agricultores y transformar significativamente sus vidas aumentando sus ingresos, capacidad productiva y acceso a los mercados para 2030, como parte de la iniciativa AgriConnect del Banco Mundial. El compromiso fue formulado por Álvaro Lario, presidente del FIDA, durante el lanzamiento de esta iniciativa en las Reuniones Anuales del Banco en Washington.
Misión AgriConnect es una nueva iniciativa del Grupo Banco Mundial diseñada para crear empleo en la agroindustria, transformar los medios de vida de 250 millones de pequeños agricultores a nivel mundial y fortalecer la seguridad alimentaria mundial. El compromiso del FIDA de llegar al menos a 70 millones de productores rurales contribuye al objetivo general de llegar a 250 millones de pequeños agricultores para 2030, en colaboración con el Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo y el Banco Interamericano de Desarrollo.
“Las inversiones del FIDA han generado mayores ingresos, mayores rendimientos y un mejor acceso al mercado para los pequeños productores de alimentos. Al lograr este triple impacto, nos dirigiremos a al menos 70 millones de personas en zonas rurales y frágiles”, declaró Lario en el evento. “El FIDA, el Banco Mundial, otros bancos multilaterales de desarrollo, gobiernos y socios del sector privado comparten una ambición común: lograr un impacto significativo a escala, conectando mejor a los pequeños productores de alimentos con los mercados y convirtiendo las zonas rurales en motores de crecimiento, empleo y seguridad alimentaria”.
El FIDA aporta casi 50 años de conocimiento y experiencia invirtiendo exclusivamente en comunidades rurales de las zonas rurales más remotas y frágiles, donde la pobreza y el hambre son más graves. Estas son también las áreas donde la rentabilidad de las inversiones en crecimiento económico, seguridad alimentaria y estabilidad social es alta.
La propia experiencia del FIDA demuestra que invertir en zonas rurales profundas puede tener un efecto transformador. Muchos de sus proyectos han generado un aumento del 50 % en los ingresos de los agricultores, según la última evaluación de impacto del FIDA. Según los proyectos evaluados, los pequeños productores de alimentos en los que el FIDA invirtió entre 2022 y 2024 experimentaron un aumento del 34 % en sus ingresos promedio; su producción, un 35 %; y su acceso a los mercados, un 34 %.
Durante casi 50 años, el FIDA ha colaborado con el sector privado local, centrándose en el desarrollo de cadenas de valor e instituciones financieras rurales. Entre 2019 y 2023, el 70 % de sus proyectos se vincularon con empresas locales. Al integrar la experiencia del sector privado, las inversiones del FIDA ayudan a los agricultores a impulsar la producción y la resiliencia, y a acceder a conocimientos técnicos, tecnología y mercados. Recientemente, el FIDA ha reforzado su capacidad para otorgar préstamos directamente al sector privado y reducir el riesgo de las inversiones para pequeñas y medianas empresas (pymes) catalizadoras e instituciones financieras rurales, con el fin de ampliar su impacto y crear oportunidades económicas y empleos para las comunidades rurales.
El FIDA también invierte en empleos verdes, innovación digital, servicios rurales y agroempresas para que la agricultura y los sistemas alimentarios sean más atractivos para las generaciones más jóvenes. El FIDA colabora estrechamente con el sector privado para ofrecer mentoría y formación profesional, invertir en pymes agrícolas lideradas por jóvenes y garantizar que puedan acceder a financiación y tecnología.
Al actuar como una plataforma de inversión integrada para la población rural, el FIDA conecta, reúne y cataliza la financiación reuniendo a gobiernos, bancos de desarrollo e inversores privados para canalizar los recursos donde más se necesitan.
Invertir en los pequeños agricultores y las poblaciones rurales es un potente motor para el crecimiento económico, la creación de empleo y la seguridad y estabilidad alimentarias mundiales. La evidencia demuestra que el crecimiento de la agricultura es entre dos y tres veces más eficaz para reducir la pobreza que el crecimiento en otros sectores, con el mayor impacto entre las personas más pobres.
Las comunidades rurales albergan al 80% de las personas más pobres del mundo y enfrentan desafíos que van desde las crisis climáticas hasta la falta de acceso a insumos, tecnologías y servicios financieros. Sin embargo, también albergan un inmenso potencial sin explotar. Satisfacer la creciente demanda de alimentos, que se prevé que aumente cerca del 60% para 2030, podría generar aproximadamente 10 billones de dólares estadounidenses en oportunidades económicas anuales para 2050. El sector agroindustrial de África podría alcanzar el billón de dólares estadounidenses para 2030.
En la próxima década, 1.200 millones de jóvenes se incorporarán al mercado laboral en los países en desarrollo. Los sistemas agroalimentarios ya emplean al 40 % de la fuerza laboral mundial. Con inversiones específicas, los sistemas alimentarios pueden generar millones de empleos adicionales en las cadenas de valor, desde el suministro de insumos y la logística hasta el procesamiento y la venta minorista.
Nota para los editores:
El FIDA se centra exclusivamente en la inversión en la agricultura en pequeña escala. Los proyectos que apoya se dirigen a la población rural pobre que obtiene total o parcialmente sus medios de vida de la agricultura. El compromiso del FIDA de llegar al menos a 70 millones de pequeños agricultores para 2030 refleja el total de beneficiarios previstos de más de 200 proyectos que apoya, que se implementarán a nivel mundial en África, Asia, América Latina y el Caribe, así como en Oriente Medio, entre 2025 y 2030. La mayor parte de la labor de extensión se concentrará en África subsahariana y en países de bajos ingresos.
