China desea trabajar hombro a hombro con Honduras
El consejero de la República Popula, Tan Mingxing, ofreció este 26 de agosto un discurso en el Hotel Hyatt de Tegucigalpa, durante la conferencia de prensa conmemorativa del 80° aniversario de la victoria de China en la Guerra de Resistencia contra la Agresión Japonesa y de la victoria mundial en la Segunda Guerra Mundial.
Ante representantes diplomáticos, académicos y periodistas, destacó que la Segunda Guerra Mundial fue una contienda donde “la justicia derrotó al mal y la luz venció a la oscuridad”, subrayando que el pueblo chino desempeñó un papel decisivo al mantener el frente principal de batalla en Oriente y contribuir de forma crucial a la derrota del fascismo.

Recordó los sacrificios de China y la cooperación recibida de aliados internacionales, al tiempo que resaltó la solidaridad de su país con otras naciones en momentos de conflicto. En ese sentido, señaló que tanto China como Honduras aportaron a la victoria contra las potencias fascistas, lo que hoy refuerza la comprensión mutua sobre la necesidad de defender la paz y la unidad de los pueblos.
El diplomático reafirmó que China promueve la paz y el desarrollo mundial, destacando su compromiso con el multilateralismo, la cooperación internacional y el respeto al orden establecido en la Carta de las Naciones Unidas.

Asimismo, reiteró la postura de su gobierno en torno a la reunificación de Taiwán, afirmando que “la tendencia histórica hacia la reunificación de China es irreversible”.

En la parte final de su intervención, Yu Bo resaltó los avances en la relación bilateral con Honduras desde el establecimiento de relaciones diplomáticas en 2023, manifestando la voluntad de su país de seguir trabajando “hombro a hombro” con el gobierno hondureño en defensa del multilateralismo, la paz y el desarrollo compartido.

“Juntos construiremos una comunidad de futuro compartido para la humanidad, aportando nuevas y mayores contribuciones a la estabilidad y prosperidad de nuestra región y del mundo”, concluyó.
DISCURSO ÍNTEGRO
En la Conferencia de Prensa conmemorativa del 80° aniversario de la Victoria de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa
y de la Segunda Guerra Mundial
Representantes de la misión diplomática acreditada en Honduras y instituciones de educación superior, Estimados invitados, amigos periodistas,
Me complace enormemente reunirme hoy con todos ustedes para conmemorar juntos el 80° aniversario de la victoria del pueblo chino en la Guerra de Resistencia contra la agresión japonesa y de la victoria mundial contra el fascismo.
La Segunda Guerra Mundial fue una gran contienda donde la justicia derrotó al mal, la luz venció a la oscuridad y el progreso triunfó sobre la reacción. La resistencia del pueblo chino abrió el frente principal de batalla en Oriente y constituyó una parte fundamental de la guerra antifascista mundial, aportando una contribución decisiva para la victoria final. El gobierno de China conmemora con solemnidad el 80 aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y en la Segunda Guerra Mundial, con el propósito de mantener viva la memoria histórica, honrar a los héroes caídos, valorar la paz y abrir caminos hacia un futuro mejor.
Aunque hace 80 años se apagaron los fuegos de aquella guerra, hoy vemos cómo los conflictos geopolíticos resurgen, las sombras del hegemonismo y la política de fuerza se extienden nuevamente, y la paz y el desarrollo enfrentan serios desafíos. La humanidad vuelve a estar en una encrucijada histórica. La pregunta de cómo evitar que se repitan las tragedias del pasado y cómo salvaguardar la libertad, la justicia y la paz sigue siendo un reto de nuestro tiempo. Solo aprendiendo de la historia podremos abrir un futuro mejor.
I. Guardianes de la verdad histórica
La Guerra de Resistencia del Pueblo Chino fue ardua y prolongada: fue una de las primeras luchas de liberación nacional contra el fascismo, la más larga en duración, la que contuvo a más tropas enemigas y la que más sacrificios exigió. Desde la gran victoria de Taierzhuang hasta la Batalla de los Cien Regimientos, el pueblo y ejército chinos sostuvieron el frente principal en Oriente, inmovilizando a dos tercios de las fuerzas terrestres japonesas y a una gran parte de su armada. Esa contribución fue insustituible para la victoria mundial.
China no solo promovió la formación de la alianza antifascista, sino que, con la teoría de la “guerra prolongada”, demostró que la fuerza de los pueblos es invencible. Recordar la historia es rendir homenaje a los caídos, heredar el espíritu nacional y asumir nuestra responsabilidad hacia el futuro. Ante cualquier intento de distorsionar o estigmatizar la contribución de China a la victoria, expresamos nuestro firme rechazo y, junto con los países amantes de la paz, defendemos la verdad histórica y consolidamos la base para un futuro de desarrollo pacífico.
II. Herederos de la amistad entre pueblos
Durante la resistencia, China recibió el apoyo de muchas fuerzas amantes de la paz en el mundo. La Unión Soviética envió escuadrones aéreos voluntarios; Estados Unidos proveyó materiales y organizó al famoso “Grupo de Tigres Voladores”. Numerosos amigos internacionales arriesgaron sus vidas para luchar codo a codo con el pueblo chino, escribiendo historias profundamente conmovedoras.
Al mismo tiempo, China también brindó apoyo a otras naciones en su lucha antifascista. En 1942, las tropas expedicionarias chinas combatieron en Yenangyaung, Myanmar, y lograron rescatar a más de 7,000 soldados británicos y a más de 500 misioneros y periodistas estadounidenses y europeos. En 1944, fuerzas chinas salvaron a cinco pilotos estadounidenses en Jiangsu. Además, China construyó la Carretera de Birmania y mantuvo la ruta aérea del “Hump”, aportando un gran volumen de suministros a los aliados y convirtiéndose en un importante sostén del frente del Pacífico.
Estos hechos reflejan la idea de que “el mundo es una sola familia” y muestran la voluntad firme del pueblo chino de unirse con pueblos amigos para resistir juntos la agresión.
Honduras, por su parte, declaró la guerra en 1941 contra el militarismo japonés y otras potencias fascistas. Su Fuerza Aérea realizó misiones para atacar submarinos y naves nazis, contribuyendo a la seguridad del Atlántico y demostrando su clara postura antifascista. Podemos afirmar que tanto China como Honduras aportaron, cada uno a su manera, a la victoria de la guerra mundial contra el fascismo. Por ello, nuestros pueblos comprenden mejor que nadie lo difícil que es alcanzar la paz y la necesidad de protegerla unidos, transmitiendo de generación en generación ese espíritu de solidaridad y apoyo mutuo.
III. Promotores de la paz y el desarrollo
La victoria de la guerra de resistencia y de la Segunda Guerra Mundial nos enseñó que la paz y el desarrollo son los anhelos más valiosos de la humanidad. China es el único gran país que ha incorporado “el desarrollo pacífico” en su Constitución y en los estatutos de su partido gobernante. Desde la fundación de la Nueva China hace más de 70 años, nunca ha iniciado una guerra, y es la única potencia nuclear que ha prometido no ser la primera en usar armas nucleares.
China asume la promoción de la paz y el desarrollo mundiales como una misión noble. Con la modernización al estilo chino, se están abriendo nuevos caminos para el progreso humano y ofreciendo experiencias útiles a los países en desarrollo. China impulsa activamente la Iniciativa de Desarrollo Global, la Iniciativa de Seguridad Global y la Iniciativa de Civilización Global, defiende el verdadero multilateralismo y promueve la construcción de una economía mundial abierta mediante la cooperación de alta calidad de la Franja y la Ruta. Con acciones concretas, China seguirá siendo constructora de la paz, contribuyente al desarrollo, defensora del orden internacional y proveedora de bienes públicos globales.
IV. Defensores de la equidad y la justicia
El orden internacional de la posguerra, basado en la Carta de las Naciones Unidas, fue fruto de la victoria antifascista y encarna la voluntad común de la humanidad de oponerse a la agresión y aspirar a la paz. Durante 80 años ha servido como pilar institucional para evitar grandes guerras y para sostener la cooperación y el desarrollo.
Mantener el sistema internacional centrado en la ONU es defender los frutos de la victoria de la Segunda Guerra Mundial y resguardar la paz y estabilidad actuales. La reincorporación de Taiwán a China fue parte integral de los logros de aquella victoria y del orden de posguerra. Documentos internacionales como la Declaración de El Cairo y el Comunicado de Potsdam reconocieron de forma inequívoca la soberanía de China sobre Taiwán. La oposición a la secesión “independentista” de Taiwán y a la injerencia extranjera no es solo un acto de justicia para preservar los resultados de la victoria, sino también la condición esencial para la paz y estabilidad en el Estrecho.
Este año se cumple el 80° aniversario de la liberación de Taiwán, y la tendencia histórica hacia la reunificación de China es irreversible. China está dispuesta a trabajar con todos los países para salvaguardar los propósitos y principios de la Carta de la ONU, defender la paz mundial, promover el desarrollo común y contribuir al progreso de la humanidad.
Amigos y amigas,
Este año también marca el 80° aniversario de la fundación de las Naciones Unidas. El mundo actual dista de ser pacífico: el orden y las normas internacionales se ven sacudidos y la autoridad de la ONU afronta grandes desafíos.
Desde el establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Honduras, nuestras relaciones bilaterales han tenido un arranque de alto nivel y muestran un gran dinamismo. China desea trabajar hombro a hombro con Honduras para defender el sistema internacional con la ONU en su centro, sostener el verdadero multilateralismo, promover un mundo multipolar más equitativo y ordenado y una globalización económica más inclusiva. Continuaremos enriqueciendo la relación entre nuestros dos países y, juntos, llevaremos a la práctica la gran visión de construir una comunidad de futuro compartido para la humanidad, aportando nuevas y mayores contribuciones a la paz, la estabilidad y la prosperidad de nuestra región y del mundo.
